www.cubaencuentro.com Viernes, 03 de diciembre de 2004

 
  Parte 1/4
 
¿Corderos hacia el matadero?
A las puertas de un holocausto: En 1962, la URSS desplegó en Cuba material nuclear equivalente a 5.198 bombas como la de Hiroshima.
por MARIO A. MARTí BRENES, Zaragoza
 

La Crisis de los Cohetes, del Caribe o de Octubre —como se le quiera llamar—, fue sin lugar a dudas el evento más grave de la Guerra Fría, a tal extremo que constituyó un punto de inflexión en el enfrentamiento entre las dos grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. Durante dos semanas, del 16 al 28 de octubre de 1962, el mundo experimentó un período de peligro inédito.

F. Castro
Castro, Jruschov: ¿autores del drama?

A la mayoría de los cubanos que vivieron aquellos días en la Isla, les quedó siempre en la memoria el temor padecido entonces, cuando se pensaba que era irreversible la posibilidad de un holocausto nuclear. También se experimentó una especie de dignidad nacional herida, cuando existía el convencimiento de que la dirección soviética había traicionado un acuerdo con el país, el cual —se ignoraba entonces— nunca existió. La gente respondía a la manipulación de la información, el ocultamiento y la reinterpretación que la dirigencia cubana hiciera sobre buena parte de los hechos, en provecho de sus intereses políticos.

En 1962, la población de Cuba ya no tenía acceso a medios de prensa alternativos a los oficiales; las estructuras de la sociedad civil habían sido demolidas; no se disponía de un parlamento, ni de mecanismos reales de participación. Se mantuvo "informada" —y engañada— por lo que exclusivamente decían sus gobernantes, confiando en una dirigencia a la cual se le brindó un apoyo mayoritario en aquel momento.

Investigaciones posteriores han sacado a la luz libros, testimonios y documentos de la parte norteamericana, la soviética y algo de la cubana. Las conversaciones tripartitas iniciadas a fines de los años ochenta entre Washington, La Habana y Moscú, con testigos presenciales de los días de la Crisis, han revelado buena parte de la historia ocultada por el gobierno cubano sobre aquellos hechos.

No se trata ahora de emprender el relato pormenorizado de la Crisis, ni de analizarla desde sus múltiples posibilidades, sino de destacar, a grandes rasgos y a partir de investigaciones realizadas en la Isla y fuera de ella, desde 1989 hasta hoy, algunos datos acerca del despliegue militar soviético en Cuba. A sabiendas de que muchos de estos elementos son ignorados todavía por buena parte de la población.

¿Acuerdo militar con la URSS?

Aunque en la literatura cubana sobre la Crisis se habla insistentemente de un acuerdo suscrito por los mandatarios de Cuba y la URSS para el despliegue de armas estratégicas en territorio cubano, el original o copia fiel de ese acuerdo no ha aparecido en los archivos cubanos —ni tampoco en los de Rusia—. De testimonios posteriores se desprende que todo quedó en negociaciones y que un documento final nunca fue firmado. Es decir, el despliegue militar de la URSS en territorio nacional cubano no tuvo un basamento de acuerdo escrito y firmado por los dos países.

Entre los hechos, se habla de la llegada secreta a la Isla, el 29 de mayo, de una delegación soviética encabezada por Sharaf Rashidovich Rashidov, portadora de la propuesta de colocar cohetes nucleares en Cuba —después de haber sido aprobada por el Presidium del Comité Central (CC) del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)—, y quien, desplegando no poca astucia, lo presentó al gobierno de la Isla como un simple ofrecimiento, aunque la futura operación militar ya estaba meticulosamente organizada.

Incluso se intentó, sin éxito, estimular a los cubanos para transformar la propuesta soviética en solicitud cubana. Fidel Castro trató de convertir el ofrecimiento en un documento escrito, y con ese propósito viajó Raúl Castro a la URSS, entre el 3 y el 16 de julio, con el encargo de negociar condiciones jurídicas favorables para Cuba.

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