Al indagar tradición, burocracia y carisma como claves de dominación, el sociólogo alemán Max Weber (1864-1920) postuló que la autoridad carismática, encarnada por lo general en líderes religiosos o caudillos guerreros, "es específicamente extraña a la economía". Así parece confirmarlo Fidel Castro, quien lo mismo sube a su antojo los precios de venta al público, que la tasa de cambio del peso cubano convertible.
Según Herbert Matthews, Castro sentenció a poco de triunfar: "¡Nadie va a ponerme una camisa de fuerza!" (Fidel Castro, Nueva York: Simon & Schuster, 1969, p.324). No debe extrañar entonces que haya metido sus narices hasta en un contrato de crédito entre el Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT) de México y el Banco Nacional de Cuba (BNC).
El 25 de noviembre de 1994, BANCOMEXT prestó 350 millones de dólares al BNC, que se comprometió a devolverlos a plazos, con los intereses pactados, a medida que la empresa de telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) generara utilidades como concesionario exclusivo de la telefonía de larga distancia en la Isla. Para el 29 de noviembre de 1994, la empresa estatal TELAN, accionista mayoritaria de ETECSA, cedía su participación (51%) en dichas utilidades a BANCOMEXT, mientras ETECSA daba "instrucciones irrevocables" a sus operadores de larga distancia (carriers) para que depositaran los ingresos por "las llamadas entre Cuba y Estados Unidos" en una cuenta expresamente abierta para garantizar el pago a BANCOMEXT.
Su director de Crédito Internacional, Bruno Juan Balvanera, subrayó por esos días que el tráfico telefónico entre Cuba y EE UU era "la única alternativa para sustentar una fuente de pago suficientemente sólida". Tanto así fue, que en el período 1995-2001 se pagaron 228.1 millones de dólares y el presidente del Banco Central de Cuba (BCC), Francisco Soberón, no vaciló en solicitar "una nueva facilidad por $250 millones".
Hasta que llegó el decreto…
Otro contrato de crédito por unos 211 millones de dólares se firmó el 5 de marzo de 2002, pero en eso llegó el Comandante y mandó a parar. El decreto 273 (Gaceta Oficial, 30 de abril de 2002) reputó las declaraciones del canciller mexicano Jorge Castañeda por amenazas contra "el normal desarrollo" de ETECSA y TELAN, así como dejó "sin vigor y efecto legal" las garantías de pago dadas por ambas entidades a BANCOMEXT.
El gobierno de Castro decretó asimismo que asumía "plenamente" tales garantías, pero se estrenó como garante dejando de pagar. BANCOMEXT no aguantó más y el 29 de mayo de 2002 pidió al tribunal de Turín (Italia) el embargo de las cuentas que ETECSA y TELAN venían manejando en Banca Commerciale Italiana tras habérseles incorporado, hacia febrero de 1997, el Grupo Telecom Italia como socio extranjero.
Luego de patalear contra la ejecución del embargo judicial, ETECSA y TELAN acabaron por demandar a BANCOMEXT, el 19 de noviembre de 2002, en la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (París). La publicación digital Cuba Negocios (Dic-Ene 2005) informó que "la propuesta de ambas entidades era sencilla. El árbitro debía [juzgar] sólo dos cuestiones: si ETECSA tenía deudas con BANCOMEXT, o sólo TELAN, [y] si el decreto que les prohibía pagar [constituía] eximente de fuerza mayor". En realidad, le reclamaron 13 millones de dólares a BANCOMEXT por los daños y perjuicios que habría causado el embargo judicial. A su vez, BANCOMEXT demandó $138.8 millones por las deudas pendientes. Así principió el caso de arbitraje 12417/KGA, que abarcó 11 asuntos litigiosos. |
