En menos de dos semanas, como un nuevo mago de las finanzas, Fidel Castro ha revaluado las dos monedas nacionales, el peso cubano y el convertible.

Cubanos de a pie: ¿esperando la promesa de la semana?

Sus intervenciones han estado caracterizadas, sin embargo, por un nuevo populismo, flagrantes contradicciones y una constante "preocupación" por las provincias orientales, lo que demuestra que el descontento se ha profundizado en esas regiones.

En su perorata del pasado 24 de marzo, Castro anunció eufórico: "Podemos prescindir del dólar".

No obstante, en la versión publicada por Granma, se señala que el Comandante en Jefe dijo: "Nos están faltando un número de dólares para el jabón, la almohadilla sanitaria, la pasta de dientes y lo vamos a recoger del ahorro" (se refería a las medidas para ahorrar electricidad). O sea, habrá ollas arroceras, pero aumentarán las caries dentales.

Como ya ha sucedido tantas veces en estos 46 años de "revolución", Castro siempre anuncia "una nueva etapa". Hace unas décadas vendió la idea, convertida en consigna, de "¡Ahora sí vamos a construir el socialismo!". Todo el mundo se interrogó qué diablos se había estado haciendo todos los años anteriores.

Ahora, con el poder mágico de revaluar las monedas nacionales, que se anuncia como un proceso "sistemático", el gobernante promete que se llegará "a la sociedad más justa y más humana del mundo, la más socialista, y casi comunista".

Durante varios años, los cubanos padecieron de los apagones. Ahora se promete la distribución masiva de ollas y hornillas eléctricas, con potencia variable de 1.200, 900 y 600 watts, y el final de la falta de electricidad.

Marcos Portal y varias preguntas

En la "segunda intervención especial" del 18 de marzo, Castro argumentó que aumentará la disponibilidad de generación eléctrica, pues "se habrán incorporado, entre otras instalaciones, las dos unidades de ciclo combinado en Varadero, cuya capacidad es equivalente a un poco más de dos plantas como la Antonio Guiteras". (El ciclo combinado significa que pueden funcionar con gas o petróleo).

Sin embargo, a renglón seguido mencionó que existirían "grupos electrógenos" para entrar en funcionamiento en caso de "roturas imprevistas", pero sólo para garantizar el funcionamiento de acueductos, hospitales "y otras instalaciones importantes". ¿Y entonces qué hacen las familias con sus hornillas eléctricas?

Como estas plantas de ciclo combinado no se construyen en pocos meses, hasta resulta interesante la pregunta de por qué fue destituido el 14 de octubre del pasado año el ministro de la Industria Básica, Marcos Portal, que fue presentado como chivo expiatorio de los apagones cuando, en realidad, estaba trabajando para resolver los problemas de la generación eléctrica, al construir estas dos unidades de ciclo combinado en Varadero.