La cumbre de la disidencia que prepara en Cuba el grupo encabezado por Martha Beatriz Roque ha profundizado las divisiones dentro del movimiento opositor interno, pero paradójicamente ha recibido un apoyo casi unánime de las organizaciones del exilio.

Martha Beatriz Roque, en la organización del Congreso.

El evento, que sería la mayor reunión en la historia de la oposición interna al gobierno de Fidel Castro, ha generado interés internacional, pero también dudas sobre la posibilidad de que sea permitido, en medio de un incremento en los actos de hostigamiento a sus organizadores.

El objetivo de la cumbre es "discutir bases organizativas y propuestas de trabajo con la sociedad civil", de cara a la transición política en Cuba, y se invitaron personalidades extranjeras para "obtener su apoyo, su asesoramiento e intercambiar experiencias", según Martha Beatriz Roque, líder de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC), que organiza el encuentro.

En el exilio, su iniciativa recibió el espaldarazo de la ahora moderada Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) y también del radical Consejo por la Libertad de Cuba (CLC), formado tras un cisma en la FNCA. Ambos grupos han estado enfrentados desde el principio en una amplia variedad de temas, pero el respaldo a la reunión prevista para el 20 y 21 de mayo próximos es uno de sus pocos puntos de coincidencia.

La FNCA ha ido más lejos aún, al declarar que sus directores ejecutivos podrían viajar a la Isla para participar en la cita, a la que están invitados unos 300 delegados nacionales y más de cien observadores y personalidades extranjeras, entre ellas Mijaíl Gorbachov y Vaclav Havel.

Apoyos y preferencias

Sin embargo, el sorpresivo anuncio de la FNCA —a la vez que subrayó la nueva línea moderada de la organización— "suena más a propaganda", opinó Jaime Suchliki, del Centro de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami.

"Ninguno de los directores de aquí va a ir, si acaso va alguien será uno que lo haga desde un tercer país y no necesite visa", dijo.

"El anuncio tampoco representa nada nuevo", apuntó. "En el exilio todo el mundo está en la línea de apoyar a la disidencia, sólo hay diferencias sobre a qué grupo se apoya".

De hecho, la FNCA ha dado su respaldo a todos los opositores sin hacer distinciones, pero el CLC expresa su abierta preferencia por Martha Beatriz, Vladimiro Roca y otros disidentes en esa línea —apoyo al embargo, rechazo al diálogo con el gobierno—, sobre Oswaldo Payá y su Movimiento Cristiano de Liberación.

Las preferencias de los exiliados de Miami parecen seguir ese patrón: los que apoyan a Payá y los que están contra él. Dicho de otra manera: la línea divisoria se traza entre los que respaldan una disidencia moderada que busca cambios desde la base legal del gobierno de Fidel Castro, y los que rechazan ese camino.