www.cubaencuentro.com Viernes, 09 de septiembre de 2005

 
  Parte 3/3
 
La otra cara de la moneda
Barrio Adentro 'a lo cubano': ¿Qué hacen y cómo sobreviven los médicos de la Isla en Venezuela?
por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas
 

La FMV ha denunciado en numerosas ocasiones los salarios degradantes y las malas condiciones de trabajo en las instituciones médicas estatales. Según la FMV, un médico en esos sitios apenas cuenta con recursos para trabajar, y a veces tiene que comprar los insumos con el pobre salario que le paga el Estado. Por ello, no es de extrañar que el ejercicio privado de la medicina, mucho más rentable, sea una mejor opción.

La situación de desamparo que se vive en los hospitales públicos le tocó de cerca al médico cubano René Hernández, quien se "quedó" en Venezuela hace varios años, y ahora ejerce la medicina privada en un pequeño consultorio. "Barrio Adentro es eficaz si tienes un padecimiento leve. Pero si la cosa es grave, y te remiten a un hospital, ahí es que cuando Cristo comienza a padecer. Esto nadie me lo contó, yo lo viví con mi hijo".

"El muchacho tuvo un problema respiratorio grave. Cuando lo llevaba a la clínica empeoró tanto, que tuve que parar en el hospital Pérez de León, que quedaba más cerca. No tengo quejas de los médicos venezolanos, ellos salvaron a mi hijo. La semana que estuvo en terapia intensiva fue surrealista, para mi fue como regresar a Cuba. A pesar de que el área de cuidados intensivos tenía muy buenos equipos, el personal no tenía nada para trabajar. Todo lo tuve que llevar de la casa, desde medicamentos, hasta guantes para los médicos y las enfermeras. En cuanto el muchacho salió del coma, el jefe de la sala de terapia intensiva me dijo que lo sacara del hospital. En las salas de recuperación el techo se filtraba tanto, que cuando llovía parecía que se estaba al descampado".

Ver artículo
La Isla de la salud ¿ajena? (MICHEL SUáREZ)

Sin pasar por Caracas

Gisela Ramírez lleva casi dos años en Venezuela y sólo conoce Caracas por lo que ha visto en las telenovelas. "Al salir de la Isla nos dijeron que íbamos a estar unos días en Caracas, y luego nos ubicarían en las diferentes regiones. Pero no fue así, cuando nos bajamos del avión ya nos estaban esperando unos autobuses para llevarnos a nuestros lugares de destino. A mi me tocó el estado de Amazonas, a más de 800 kilómetros de la capital".

No hace falta ser muy suspicaz para intuir que el traslado directo de los médicos hacia los sitios donde cumplirán misión, es una forma de controlar al personal de las misiones. En los inicios de Barrio Adentro, los médicos eran alojados en el hotel Caracas Hilton para su posterior ubicación. No faltaron los casos en que familiares y amigos sacaran a médicos del lobby del hotel, delante de los funcionarios encargados de su seguridad, o vigilancia.

No se sabe el número exacto de médicos que han desertado de Barrio Adentro, pero según informaciones extraoficiales, los casos han sido más numerosos que los que Fidel Castro podría admitir.

"Al principio fuimos bien recibidas. A Nora y a mi nos acogió una familia amable. Creíamos que era por agradecimiento a nuestro trabajo, pero a los tres meses la dueña de la casa nos botó, porque el gobierno no le había pagado lo prometido por acogernos. Tuvimos que salir de allí para una casita a medio construir, donde todavía vivimos. Pasamos mucho trabajo, las dos dormimos en una cama estrechita y no tenemos facilidades para lavar o cocinar. Pero aquí estamos, porque es la única manera de ayudar a nuestras familias en Cuba", comenta Gisela.

Lo dicho por Gisela es corroborado por Nora. "Casi todos los que estamos aquí, estamos por lo mismo, por ayudar a nuestra gente. Para mi no ha sido fácil dejar a mi hijo chiquito, pero desde Venezuela lo puedo ayudar más que desde Las Tunas. Por supuesto que uno siempre se encuentra con alguien que diga que está aquí porque es médico 'de patria o muerte', pero los que dicen eso casi siempre son los coordinadores de grupo, a los que rendimos cuenta".

La función de los coordinadores va mucho más allá de las labores de salud. Son los encargados de recibir y examinar el contenido de las famosas cajas que los médicos pueden enviar a su familia, al término de cada año de misión. "Todavía no sabemos cuál es el misterio de las cajas, que salen de Venezuela dos semanas antes que nosotros, y nos las entregan 15 días, o más, después de que estamos en la Isla", apunta Gisela.

Los coordinadores también velan porque todos los médicos estén dentro de los consultorios, después de las 6 de la tarde. Este pase de revista es diario, incluidos los fines de semana. Cuando los coordinadores despliegan todo su poder es a la hora de otorgar los permisos para salir fuera de la zona donde los médicos están asignados. "Te piden explicaciones de por qué quieres viajar a otro territorio, y si conoces a alguien en ese lugar. Es muy humillante someterse a ese interrogatorio. La mayoría de las veces no recibes respuesta de la solicitud, lo que equivale a un no", dice Nora.

Desde que llegaron, Nora y Gisela están pidiendo permiso para ir a Caracas, pero nunca les han respondido. "Si nos vamos por nuestra cuenta, y el coordinador se entera, podemos ser sancionadas y enviadas de regreso a Cuba. Tanto sacrificio aquí sería en vano", argumenta Gisela.

Los coordinadores o comisarios podrán controlar la movilidad de los médicos cubanos, pero no pueden controlar sus mentes. Aunque no hayan ido a Caracas, estas médicas han viajado más lejos.

"Todas las tardes, después de la visita a los pacientes, vamos a un cibercafé, aunque sea un ratico, y nos metemos en Internet. Nos enteramos de tantas cosas, que allá ni nos imaginábamos. Esas informaciones nos han ayudado a tener una perspectiva más amplia sobre nuestro país y el mundo. Ahora nos damos cuenta de por qué Internet no puede tener vida en la Isla. Porque abre la mente", afirma Nora.

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