El Servicio de Guardacostas de Estados Unidos pidió el viernes a los balseros cubanos que no atenten contra sus vidas como estrategia para evitar ser deportados, informó la agencia EFE.
El jueves nueve inmigrantes ilegales cubanos que intentaban alcanzar las costas de Florida, ingirieron píldoras al ser detectados por las autoridades estadounidenses a un kilómetro de Isla Morada, en los cayos de Florida.
No es el primer caso. Luis Díaz, portavoz del Servicio de Guardacostas con sede en Miami, aseguró que en otras ocasiones los cubanos se infringen daños corporales con tapas de latas, lanzan niños al agua o amenazan con ingerir gasolina.
Estas son acciones irresponsables porque "la travesía en sí ya es sumamente peligrosa", dijo Díaz.
Los balseros detectados el jueves "se tomaron algo, no sabemos qué, para ser llevados a tierra. Unos tenían el pulso muy débil, otros presentaban serios problemas respiratorios y fue prudente llevarlos de inmediato" al hospital, precisó el portavoz.
Los nueve ocupantes de la precaria embarcación fueron dados de alta en pocas horas, pero Díaz enfatizó que si el incidente hubiera ocurrido en alta mar, las consecuencias podrían haber sido graves. "Tomar esta decisión creyendo que serán llevados a tiempo a un hospital, es muy arriesgado", dijo.
De acuerdo a los convenios suscritos entre La Habana y Washington, los cubanos que son interceptados en el mar deben ser repatriados.
Sin embargo, según las leyes de Estados Unidos, aquellos que logran pisar tierra estadounidense pueden permanecer en el país y al año obtener la residencia.
"Les pedimos que soliciten visas para venir legalmente. Hay 20.000 visas, entiendo que es difícil obtenerlas, pero no imposible", manifestó Díaz a la EFE. |