Dos periodistas oficialistas cubanos acusaron ayer al gobierno español de haber financiado al disidente Elizardo Sánchez Santacruz a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), informó la AFP.

Arleen Rodríguez y Lázaro Barredo presentaron en Madrid su libro El camaján, elaborado con datos facilitados por las autoridades cubanas, en el que acusan a Sánchez Santacruz de haber ejecutado un doble juego político entre la disidencia y la Seguridad del Estado cubano.

"El 28 de noviembre de 2001, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional, le otorgó 50.000 dólares a Elizardo Sánchez para el fomento de la contrarrevolución en Cuba", afirman los autores de El camaján.

En el libro, que ellos mismos definen como "investigación periodística", acusan además al gobierno de José María Aznar, en el poder desde 1996, de "impulsar la formación de la Fundación Hispano-Cubana", creada ese mismo año.

"En el documento que justifica la donación se establece que (el dinero) es para fines públicos (…), que una parte dará sustento a los activistas dedicados a tiempo completo a la organización que dirige Sánchez Santacruz", dice el texto y agrega con ironía que la "acción 'solidaria' del gobierno conservador español no debe sorprender a nadie".

La mitad de las 67 páginas del libro son documentos sobre aportes financieros, cartas, recortes de prensa y fotografías del conocido disidente cubano, varias de ellas con el presidente del gobierno español.

La copia de la autorización de apoyo, que lleva membrete de la cancillería española y de la AECI, precisa que la CCDHRN solicitaba 100.000 dólares, pero se le concedió la mitad de esa suma. Según Barredo, entre 1995 y 1996 Sánchez recibió "más de medio millón de dólares" del exterior.

Elizardo Sánchez, de 59 años, es presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN). La organización se dedica a informar a la opinión pública internacional sobre la situación de los derechos humanos en Cuba y, en especial, sobre la de los presos políticos de la Isla, que cifra en más de 300.