De esos 891 millones, 240 corresponden a la parte de la deuda a largo plazo que La Habana debe cancelar con pagarés del Banco Nacional de Cuba y que venció en diciembre último. Los otros 651 millones corresponden a la deuda a corto plazo. De ellos, 475 están vencidos, 35 son intereses en mora y 141 millones no han prescrito aún.

El Universal agrega que de los 92 despachos realizados por PDVSA, con vencimiento entre enero de 2003 y marzo de 2004, Venezuela sólo ha recibido los pagarés correspondientes a 20 de ellos.

El diario se refiere también al "desorden administrativo" de PDVSA y explica que 48,6 millones de dólares de la deuda cubana a corto plazo, corresponden a cinco cargamentos que hasta diciembre no habían sido facturados.

"Uno de ellos llama especialmente la atención, pues fue entregado en febrero del año pasado y en diciembre no había sido contabilizado. Se trata de 375 mil barriles de crudo Mesa 30, cuyo precio se calcula en casi 13 millones de dólares".

En virtud del Convenio Integral de Cooperación entre Cuba y Venezuela, firmado en 2000, PDVSA envía a la Isla 53.000 barriles diarios de crudo y derivados, que La Habana paga en condiciones preferenciales.

El envío de petróleo se suspendió en abril de 2002, durante el golpe de Estado que sacó al presidente venezolano, Hugo Chávez, durante 48 horas del poder. En ese momento, directivos de PDVSA denunciaron incumplimientos de pagos cubanos. La Habana y Caracas renegociaron la deuda en julio de ese año, y los envíos se reanudaron bajo la condición de que no se produjeran nuevos retrasos en los pagos.

Según El Universal, hasta diciembre de 2002, fecha en que se inició un paro opositor contra el gobierno de Chávez, La Habana estuvo cumpliendo con los pagos mensuales acordados en la reestructuración de la deuda.

El lunes, el ministro venezolano de Energía y Minas, Rafael Ramírez, dijo a la prensa que "el convenio con Cuba está estabilizado".

"No hay problemas con PDVSA en lo que respecta a la deuda con Cuba ni atraso en pagos", agregó.

Sin embargo, empleados de Finanzas de PDVSA que fueron despedidos durante el paro afirman que los retrasos cubanos no han dejado de producirse.

Los expertos en el tema recuerdan que La Habana tiene una mala reputación como cliente. De hecho, en el registro de compradores de PDVSA, Cuba está catalogada con carta de crédito, pero se recomienda pasarla a prepago por su mal récord, dice el diario.