El médico cubano Ramón Martínez Martínez, quien reside en Argentina, consiguió el sábado reencontrarse con sus hijos, a quienes durante más de seis años y medio las autoridades cubanas impidieron salir de la Isla.

El reencuentro familiar habría sido posible gracias a gestiones de la Cancillería argentina y de una Organización No Gubernamental, informó el diario Clarín.

Martínez dijo sentirse "el hombre más feliz del planeta" cuando sus hijos Ramón Alejandro, de 12 años, y Yilena, de 17, llegaron al aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires.

El más pequeño no lo reconoció. Ambos son hijos del primer matrimonio de Martínez. La madre de los dos niños murió antes de que el médico abandonara la Isla.

El cirujano plástico, de 43 años, salió de Cuba hace seis años y siete meses para pasar un mes de vacaciones en Villa Gesell, Argentina, invitado por un paciente. Tardó más de un año para conseguir permiso de las autoridades cubanas. Una vez en el país sudamericano, decidió quedarse y, poco a poco, sacar de la Isla a su familia.

Sin embargo, el gobierno cubano impidió a los dos niños viajar a Argentina y tampoco permitió a Martínez volver a Cuba.

Las autoridades de la Isla aplican fuertes restricciones migratorias a los profesionales de la salud. Por lo general, los médicos que desean abandonar Cuba deben esperar varios años para obtener un permiso o enfrentar duros castigos si deciden quedarse fuera del país.

Durante cinco años, Martínez realizó, sin éxito, trámites ante la Embajada de Cuba en Argentina. El reencuentro con sus hijos fue posible gracias a la intermediación de la Cancillería argentina y de una ONG.

Según dijo a la emisora Radio 10, recientemente le llamaron de la Embajada de Cuba para informarle que harían una "excepción" para que sus hijos viajaran al exterior de vacaciones.

Martínez Martínez vive actualmente en San Clemente con su esposa Lysbet, con quien se casó en Cuba, y una hija del matrimonio, Lauren, de nueve años.

"Cuando decidí quedarme en Argentina fue para estar mejor, ese es mi derecho a elegir. Nunca pensé que por esa decisión nos podían separar tanto tiempo. Si lo hubiera sabido, no lo hubiera hecho. No me imaginé que Cuba iba a violar los derechos de los niños que tanto defendió en el caso de Elián, el niño balsero", dijo Martínez a la prensa.

El caso de otra doctora cubana, la neurocirujana Hilda Molina, mantiene un roce diplomático entre los gobiernos de Argentina y Cuba.

Molina ha solicitado durante más de 10 años al gobierno cubano permiso para viajar a Buenos Aires a visitar a su hijo, Roberto Quiñones, pero las autoridades de la Isla se lo han negado repetidamente.

El asunto llegó en diciembre de 2004 hasta el presidente Néstor Kirchner, quien intentó interceder ante Castro para que la doctora pudiese salir de Cuba. El gobernante cubano respondió que fuese la familia de Molina la que viajara a la Isla.

Según Clarín, esta discordia bilateral es la principal razón por la que Kirchner mantiene en suspenso una anunciada visita a Cuba.