Varios ministros cubanos asistieron el miércoles recepción a la con motivo del Día de la Hispanidad realizada en la residencia del embajador español en La Habana, y a la que no fueron invitados disidentes.
Según EFE, a la recepción acudieron los ministros de Comercio Exterior, Raúl de la Nuez; Inversión Extranjera, Marta Lomas; y el viceministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, en representación del canciller, Felipe Pérez Roque, quien asiste en Salamanca (España) a la Cumbre Iberoamericana.
Más de 1.200 personas, entre ellas una nutrida representación del mundo de la cultura de la Isla, acudieron a la residencia diplomática.
Esta fue la más numerosa presencia de representantes del gobierno en celebraciones de las embajadas europeas en los últimos años.
El viceministro de Relaciones Exteriores dijo que la invitación a funcionarios gubernamentales y no a disidentes significó "una rectificación necesaria".
"Siempre debió haber sido así, es una recepción como son la recepciones en todas partes del mundo por eso estoy aquí", dijo Bruno Rodríguez.
"Es una recepción de una embajada acreditada ante un gobierno constituido y han sido invitadas autoridades de ese gobierno y representantes de la sociedad cubana que están aquí", agregó en declaraciones a la prensa extranjera.
El viceministro se refirió también a la decisión de La Hababa de no enviar a ningún funcionario al cóctel organizado por la Embajada de Alemania con las autoridades cubanas el pasado día 4, horas antes de celebrar una recepción por su Fiesta Nacional a la que invitó a una representación de la disidencia.
"La recepción alemana faltaba a la dignidad de las autoridades cubanas y por eso no concurrimos, no hemos dado una repuesta oficial y la daremos en su momento", apuntó.
Rodríguez dijo que los disidentes no son oposición, "sino grupos ilegales pagados, financiados e instruidos por la Sección de Intereses (de Estados Unidos), estamos hablando de grupos mercenarios de una potencia extranjera".
El viceministro se paseó durante unos minutos por los jardines de la residencia del embajador español en Cuba, Carlos Alonso Zaldívar, pero evitó coincidir con el nuevo Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos, que también asistió a la recepción.
Zaldívar dijo que la presencia de una representación del gobierno cubano demuestra que "hay una clara relación política entre España y Cuba, como siempre ha pasado, con altos, con bajos", aunque, a su juicio, la relación entre los dos países "es más familiar que política".
La decisión adoptada en 2003 por la Unión Europea de invitar a disidentes a las fiestas nacionales en sus embajadas en Cuba tuvo "el efecto de convertir las fiestas nacionales en momentos políticos", dijo.
"Hoy estamos haciendo una fiesta nacional, no un mitin político, estamos haciendo un encuentro de convivencia", añadió.
El gobierno del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero fue el que impulsó en la UE la suspensión temporal de las medidas diplomáticas adoptadas contra La Habana en junio de 2003 para protestar por el encarcelamiento de 75 disidentes, condenados a penas de hasta 28 años.
El pasado día 6, el embajador español recibió a una representación de la oposición interna. El encuentro fue calificado de "franco y abierto", y tanto fuentes diplomáticas españolas como de la disidencia cubana comentaron que no tenía relación con la fiesta del 12 de octubre.
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