www.cubaencuentro.com Martes, 30 de marzo de 2004

 
Parte 1/2
 
Música bailable para el nuevo milenio
En 'De La Timba a Pogolotti', César Pedroso reúne a un grupo de intérpretes y músicos de reconocido prestigio.
por CARLOS ESPINOSA DOMíNGUEZ, Miami
 

Treinta y cinco años después de su fundación y tras haber llevado a cabo una verdadera revolución en la música bailable de Cuba, Los Van Van pasan por el proceso en el que inevitablemente van a dar las agrupaciones de trayectoria tan dilatada. Me refiero a la salida de algunas de sus principales figuras, que en un momento dado deciden crear su propio grupo y probar fortuna en solitario. En el 2000, Pedro Calvo, el cantante, se separó de la banda. Unos meses después lo hizo el pianista y compositor César Pedroso, Pupy, como se le conoce popularmente.

Cesar Pedroso

Desde que Los Van Van iniciaran su andadura en 1969, César Pedroso pasó a formar parte de la agrupación como pianista y tecladista. Llegaba, no obstante, con la experiencia que acumuló tras haber tocado durante varios años en colectivos tan famosos como Sensación, el Conjunto Chapotín y la Orquesta Revé. En poco tiempo, Pedroso impuso en el repertorio de la tropa comandada por Juan Formell un sello inconfundible, cuyo rasgo distintivo fueron los tumbaos con el piano que incorporó a la música bailable. De ellos, uno de los más característicos es el "amarre", que concibió junto con Formell.

Más tarde realizó arreglos para piezas de éste (Me basta con pensar), de Rodolfo Cárdenas (Ahora dime que me quieres) y de Pedrito Calvo (Se acabó el querer). Fue en 1978 cuando decidió estrenarse como compositor, con el tema El bate de aluminio. Vinieron después Tal como empezó, Traicionada y El buena gente, que constituyó el primero que se hizo popular entre los bailadores y los seguidores de la orquesta.

A partir de ahí, fue que acumuló una larguísima lista de éxitos que llevan su firma: Hoy se cumplen seis semanas, Tranquilo Mota, Eso está bueno, Será que se acabó, La duda de Belén, Que lo sepa mamá y que se entere papá, Ya tu campana no suena, Discúlpeme señora, Si quieres que llegue pronto, Consejos de un viejo, El yerbero, Ni bombones ni caramelos, Habla claro, camará, Me gusta pero no puede ser, La bomba soy yo, Calla, calla, El negro está cocinando, Lo que dejó Sebastián, Mándalo y ven, Después que te casaste, Disco Azúcar...

Todos participan de los patrones musicales del songo, un estilo nuevo que Formell creó sobre una base sonera a la cual incorporó sonoridades y ritmos modernos. Asimismo, sus letras estaban aderezadas con humor y expresiones del lenguaje callejero y contaban historias de la vida cotidiana.

En 1995 se editó en la Isla el compacto Lo Mejor de César Pedroso, que recogía, a modo de homenaje, diez temas suyos grabados por otros tantos artistas. En la nómina figuran nombres tan conocidos como los de Ángel Bonne, Omara Portuondo, Pedro Calvo, Issac Delgado, Caridad Cuervo, Raúl Planas, Rolo Martínez y Xiomara Laugart. Pedroso lo realizó, sin embargo, sin dejar de seguir trabajando con Los Van Van.

No fue hasta el año 2001 que decidió independizarse y formar su grupo, al que bautizó como Los que Son, Son. Han lanzado hasta la fecha tres discos: Qué cosas tiene la vida, Timba: The New Generation of Latin Music y De La Timba a Pogolotti. El que más recientemente circula en Estados Unidos es De La Timba a Pogolotti, y es por eso el que he escogido para comentar en las líneas que siguen.

1. Inicio
2. Lo primero a apuntar...
   
 
EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
Un huracán llamado Tía Julita
CED, Miami
Un año de Raúl Rivero
Apuesta conceptual
DENNYS MATOS, Madrid
Escrito en la Cuba de enfrente
CARLOS ESPINOSA DOMíNGUEZ, Miami
La política del silencio
ALEJANDRO ARMENGOL, Miami
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir