Por tercer año seguido el cubano Omar El Niño Linares volvió a la pelota nipona y su nombre aparece en la lista del Chunichi Dragons, acompañado de Alex Ochoa, otro cubano, nacido en Miami Lakes, Florida, y que tiene experiencia en Grandes Ligas. Para El Niño podría ser su última campaña en tierra asiática debido al fracaso en las dos contiendas precedentes en que no pudo descifrar el pitcheo.
Históricamente, al béisbol japonés han acudido algunos jugadores latinoamericanos y norteamericanos —descontentos o de pobre rendimiento— de Grandes Ligas, pero que generalmente pueden jugar allí, en una liga de un nivel entre Triple A y el Big Show.
Linares, que ahora tiene en sus espaldas el número 38, actuó en 2002 y 2003 como suplente en primera y tercera base y a los 36 años de edad intentará rememorar con el bate de madera las hazañas que logró en Series Nacionales con el implemento de aluminio. Debutó en 1982, siendo casi un niño, con excelentes cualidades y mejores resultados, sobre todo entre 1985 y 1997, pero más de una lesión y el tiempo le impidieron continuar su exitosa carrera.
A diferencia de cuando jugaba en la Isla, que nunca tuvo rivales, Linares tiene ahora contrarios de talla en su equipo, como son el experimentado Kazuyoshi Tatsunami, un veterano que juega la tercera almohada, zurdo para batear y que en 2003 finalizó la lid con 13 cuadrangulares, 80 impulsadas y 140 hits, lo cual le da categoría de regular en su posición. En primera base aparecen de oponentes Nazahiro Araki, bateador ambidextro con 114 juegos y 237 de promedio, y también Hiroyuki Watanabe, defensor de una y otra posiciones y que intervino en 114 partidos con 271 de average.
El cubano Ochoa es un buen jardinero izquierdo y si no está ahora en la Gran Carpa es porque no batea jonrones con la regularidad que aquí hay que tener. Se inició con los Mets en 1995, militó después con Minnesota, Milwaukee, Angelinos de Anaheim y también con Cincinnati y Colorado. En la contienda de 2000 terminó con average de 316 en 118 desafíos, pero sólo pudo disparar 13 cuadrangulares con 58 remolcadas.
En 2001 y 2002 jugó regularmente con Cincinnati y Colorado y con Anaheim y Milwaukee, respectivamente. En 2002 percibió un salario de 2 millones 750 mil dólares. En 2003, en su primera incursión en el país del sol naciente, concluyó con 294 de average, 149 hits, 28 tubeyes, 21 películas de 4 esquinas y 65 fletadas para el plato.
Junto a Ochoa y Linares, en el Chunichi Dragons estarán el dominicano Martín Vargas y Marc Valdés, nacido en Florida y descendiente también de latinos. Ambos son lanzadores.
La contienda japonesa se inició el pasado 28 de febrero con la intervención de 12 novenas. Entre los peloteros latinoamericanos que juegan en Japón están los venezolanos Alex Cabrera, un formidable jonronero, Roberto Petagine y Alex Ramírez, los dominicanos George Arias y José Ortiz, el panameño Julio Zuleta y los norteamericanos Matt Franco y Benny Agbayani, entre otros. Para el evento en curso regresaron a su país los serpentineros ex Grandes Ligas Kasuhiro Sasaki e Hideki Irabu. |
