www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de julio de 2003

 
  Parte 2/2
 
Tras el encanto inicial
Residente en París y ganador del premio Telegramme con su novela 'Maestro!', el escritor, dramaturgo y cineasta Eduardo Manet revela las razones de su doble exilio europeo.
 

Usted ha hecho teatro, cine, novela, radio, televisión… ¿No es un poco difícil pasar de un medio de expresión a otro con tanta asiduidad?

Cartel Eduardo Manet

Sinceramente creo que cada forma de expresión contribuye a un mejor conocimiento de las otras. El teatro es diálogo, acción, como la radio. También en la novela el diálogo es a veces fundamental, como en cine y en televisión. Y, de todas maneras, el "nudo" siempre es el mismo: una idea, una serie de situaciones, la creación de personajes… Circular (ahora se diría "zapear") de un medio de expresión a otro sirve para enriquecer el lenguaje y la imaginación del autor.

En abril de 2001 la Revista de Teatro Cubano publicó in extenso Las Monjas, con una presentación de Abelardo Estorino, quien escribió: "Cuando pregunto a los jóvenes estudiantes de teatro en Cuba, ¿sabes quién es Eduardo Manet?, me responden: por supuesto, es el autor de Olimpia, El almuerzo sobre la hierba y otros cuadros célebres". ¿Qué efecto produce en usted este desconocimiento?

Conocía la situación en la Isla. Disidente "distinguido", exilado militante en una época, siempre me ha parecido normal que en Cuba no se me publique. Lo triste, por ejemplo, es la situación en España. Mis padres eran españoles, sin embargo, por el hecho de escribir en francés, un amigo del periódico El País me dijo un día: "Es normal, tú eres un traidor. De habla hispana y escribiendo en francés. La guerra contra Francia y Napoleón no ha terminado. Los españoles inventamos el odio intemporal".

En Francia, en cambio, se traducen y publican millares de libros procedentes del español. Además, se puede enviar una novela por correo y ésta puede resultar publicada. Es mi caso con La Mauresque, o sea, La Mora. La mandé por correo a Gallimard, fue publicada, elegida para el premio Goncourt, finalista del Goncourt y premio Bertrand de Jouvenel de la Academia Francesa. En España hay que tener un agente literario de mucho peso (gordo si es posible) para que te publiquen. Mis novelas han sido traducidas a varios idiomas, incluyendo al coreano del sur. Las Monjas va por su traducción vigésima primera y sigue reproduciéndose en todo el mundo. Sólo en España se me ignora. ¿Qué decir?

Escritor francés de origen cubano… ¿Cuáles son sus lazos sentimentales con Cuba, con su pasado?

Algunos libros de Eduardo Manet
Teatro
- Viva Verdi suivi de Mare nostrum (Actes Sud-Papiers,1998)
- Confessions gastronomiques (Crater Theatre En Coulisses), Rémi de Vos, Jean-Michel Ribes y Eduardo Manet.
- Eux ou la Prise du pouvoir (Gallimard)
- Holocaustum ou Le Borgne (Gallimard)
- Histoire de Maheu le boucher (Actes Sud-Papiers)
- L'autre Don Juan (Gallimard)
- Les Nonnes (Gallimard)
- Madras la nuit où…
- Monsieur Lovestar et son voisin de palier (Actes Sud-Papiers)
Novela
- D'amour et d'exil (Grasset y Lgf)
- Habanera (Feryane y Flammarion) Eduardo Manet
- L'île du lézard vert (Seuil y Flammarion)
- La Mauresque (Gallimard)
- La sagesse du singe (Grasset, Corps 16 Eds y Lgf)
- Maestro (Robert Laffont y Corps 16 Eds)
- Rhapsodie cubaine (Grasset, Corps 16 Eds y Lgf)
- Song of the errant Herat
- Zone interdite (Gallimard)

Todas mis novelas tienen como fondo a Cuba. Y van de los años treinta, con La Mora, hasta la Cuba de hoy, con La sabiduría del mono y Maestro!, inspirada en la vida de Brindis de Salas. Edith García Buchaca, que ha leído casi todos mis últimos libros, me dio "un premio" al decirme sobre De amor y de exilio: "Se diría que tú no has abandonado jamás Cuba". Y así es. Vivo en París desde 1968, escribo en francés y, sin embargo, Cuba me nutre espiritualmente.

Y actualmente, ¿tienes más proyectos con Cuba como inspiración?

El libro que finalizo en estos momentos y que será publicado por Grasset en el otoño. Mi editor está (gracias al cielo) muy entusiasmado. Pero no sabe cómo "definir" el libro. Manía de racionalismo francés. Es un poco autobiográfico, un poco biografía de Castro. Es, sobre todo, un recuento de mis relaciones con la Isla desde mi nacimiento hasta 1968. Trato de expresar mis sentimientos con toda sinceridad. Tuve la suerte —o la desgracia— de participar en la nomenclatura de la revolución durante los primeros años, y, sobre todo, de haber conocido el who's who del poder revolucionario antes del triunfo.

Me sorprende que muchos jóvenes exiliados o disidentes que no conocieron Cuba antes de la revolución, hablen como viejos reaccionarios defendiendo la época de Batista. Espero, modestamente, que ese libro dé deseos de investigar un poco lo que pasó antes, para comprender mejor lo que pasó después. Ese libro define, así lo espero, mi "compromiso" con la Isla.

Pero también estoy escribiendo una novela en la que Cuba no aparecerá por ninguna parte. Es un proyecto que me permite participar con más libertad en la lucha actual de todos los cubanos: la defensa de los derechos humanos, tan pisoteados por el Comandante en Jefe. Pero esa es otra historia.

Referencias
Eduardo Manet gana la primera edición del premio Telegramme
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