Probabilidades y combinaciones

¿Cuáles son las perspectivas de Schröder? Pues, en primer lugar, apuesta a que el repeluco proletario ante el palmacristi democristiano vuelva a traer al redil a las ovejas descarriadas de la clase obrera, aportándole al SPD un porcentaje suficiente de votos para, a posteriori, relanzar el mal menor de la coalición rojiverde frente al leviatán neoliberal.

Esto, desde luego, suponiendo que Los Verdes completen el cupo. En tal caso, él retendría la chancillería federal y Fischer, un político cada vez más convincente, la cartera del Exterior. Si, por el contrario, los dos grandes partidos populares salen mal parados, pero los liberales se quedan cortos, podría optar por la gran coalición con la Merkel en el papel de canciller federal y él, Schröder, en el de titular del Exterior.

Igual podría suceder que la coalición CDU-CSU-FDP arrolle. Con ello, Schröder al menos se habría quitado de encima la migraña de tener que gobernar sin quórum. De la cual no se libraría ni siquiera en caso de victoria apretada de los rojiverdes, habida cuenta de que la mayoría opositora en el Bundesrat acentuaría su labor obstruccionista. Le queda aún una tercera opción de pesadilla: embarcarse en una coalición tripartita con Alianza 90/Los Verdes y La Izquierda, pero francamente eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Así las cosas, la mejor solución para los alemanes es, a mi modesto entender, la gran coalición.

Si bien, haga lo que haga el próximo gobierno, los tiempos de jauja iniciados por el Milagro Económico de los años cincuenta y sesenta (duraron hasta fines de los ochenta) ya no volverán. Y no porque las marcas made in Germany hayan perdido calidad —Alemania sigue siendo el primer exportador neto del orbe—, sino porque hoy cientos de millones de euro-orientales y asiáticos compiten en el mercado internacional con artículos de igual calidad a precios mucho más baratos. He ahí también la razón por la cual, pese a contar ya con una infraestructura ultramoderna, aún no se han cumplido los pronósticos de recuperación industrial y equiparación del nivel de vida en la antigua RDA. Resultado: un probable voto de castigo a favor de La Izquierda en los nuevos estados federados y la consiguiente dilatación del espectro partidista en Alemania.

Perspectivas para Cuba

Aparte de lo mucho que puede aprender la disidencia cubana de toda esta rebambaramba político-ideológica en el país de Carlos Marx, hasta cierto punto una gran coalición sería también un resultado halagüeño para la oposición en la Isla. Y digo hasta cierto punto porque, en primer lugar, en el reparto geográfico de zonas de atención dentro de la UE, por coyundas de historia colonial, nuestro tiranizado país se halla más bien bajo la tutela de España. En segundo lugar, porque las relaciones entre la RFA y Cuba están en estos momentos reducidas al mínimo indispensable por voluntad unilateral de La Habana. Y nadie ganaría con un empeoramiento.

Como se sabe, y sufren en particular los germanistas criollos y los graduados en la RDA, el gobierno cubano rechaza toda ayuda oficial comunitaria, incluidas —si alguien posee datos más precisos, le ruego me corrija por esta vía— las donaciones y la asesoría de la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), las codiciadas becas del Servicio de Intercambio Académico Alemán (DAAD) y el Instituto Goethe, etcétera. Este último, que debido a los recortes presupuestarios ha cerrado sus filiales en otros países del área, desde hace años mantiene en vano la oferta de abrir una filial en nuestro país y un encargado de los trámites, tolerado pero hasta la fecha sin oídos oficiales receptivos. En otro orden de cosas, he sabido que de un tiempo a esta parte aquellos cubanos residentes que inviten a algún pariente a Alemania deben depositar en la Embajada una importante caución reembolsable al regreso del huésped.

Ahora bien, puesto que en materia de política exterior la CDU se propone reforzar el vínculo trasatlántico, lo que implica un acercamiento general a las posiciones de Washington, se supone que un gobierno encabezado por el tándem Merkel-Schröder o, más aún, Merkel-Westerwelle, endurezca la presión alemana sobre el sultanato caribeño. De lo que sucedería en caso de triunfar una coalición SDP-Los Verdes-La Izquierda, más vale no hablar… Por lo pronto, por el placer que me causa releer el pasaje, los dejo con una cita de un artículo de Der Spiegel titulado "El tentempié", sobre cierta boga pasajera de Marx a la que aludo más arriba:

"Millones de marxistas han improvisado a troche y moche en una buena docena de países con el fin de crear la sociedad alternativa. Más tarde o más temprano —después de mucha miseria y delirio, de crímenes y genocidios— se ha venido abajo estrepitosamente o sigue vegetando ruinosamente como en Corea del Norte y Cuba…".