El Partido Democrático gobernante en Serbia tomó rápidas medidas el domingo para reemplazar al asesinado primer ministro Zoran Djindjic, a fin de evitar que el país vuelva a caer en el caos, informó la agencia AP.

Quien fuera el segundo de Djindjic, Zoran Zivkovic, es el nominado para ocupar su puesto y ya ha prometido continuar las políticas de su antecesor. Entre ellas, mantener estrechos lazos con Occidente y combatir la delincuencia y la corrupción.

"Nosotros no tenemos ningún dilema", dijo Zivkovic, quien también se convertirá en líder del Partido Democrático. "Djindjic nos mostró el camino virtualmente en todos los temas".

Los líderes del partido se reunieron en el Centro Sava de Belgrado. Un retrato de Djindjic fue colocado en el centro de la sala de conferencias.

La reunión comenzó con un minuto de silencio y se realizó un día después del funeral del gobernante asesinado, con una prontitud encaminada a cerrar filas y tratar de mantener la estabilidad en Serbia.

La nominación de Zivkovic debe ser aprobada por el parlamento, donde el bloque reformista de Djindjic tiene más de la mitad de los 250 escaños.

Djindjic, un aliado de Occidente, desempeñó un importante papel en el derrocamiento de Slobodan Milosevic en el 2000 y en su extradición al tribunal de la ONU en La Haya.

El primer ministro fue víctima de un atentado el miércoles, ejecutado por un francotirador frente a la sede del gobierno serbio.

Su posición pro occidental y su empeño contra el crimen organizado y la corrupción le acarrearon muchos enemigos.

Los investigadores han acusado a un clan —vinculado con el crimen organizado y con aliados de Milosevic— del asesinato del primer ministro. Hasta el domingo, 181 personas habían sido arrestadas, incluyendo el prominente miembro de la banda, Mladjan Micic, también conocido como Pacov (Rata).

Los principales jefes del clan, incluido el ex comandante paramilitar Milorad Lukovic, han eludido hasta ahora a los investigadores, aunque la búsqueda se extiende más allá de las fronteras de Serbia.

Las autoridades declararon un estado de emergencia nacional tras el asesinato, con lo que los sospechosos pueden ser arrestados sin órdenes formales y detenidos hasta por 30 días sin acusaciones judiciales.

Las autoridades dijeron que los grupos criminales que florecieron durante el gobierno de Milosevic y las guerras balcánicas de la década de 1990 pueden haber unido fuerzas, para detener los esfuerzos de Djindjic contra la delincuencia y la entrega de presuntos criminales de guerra a la justicia.