www.cubaencuentro.com Martes, 29 de abril de 2003

 
  Parte 2/3
 
Siguiendo pistas
El director del Museo Nacional Reina Sofía, Juan Manuel Bonet, define la política expositiva de esta institución española.
por DENNYS MATOS, Madrid
 

¿Habrá próximas exposiciones con esta clase de propuesta?

Para el año 2005 estoy con otro proyecto de este tipo, que en realidad es mentalmente un poco heredero del de Brasil. Es una exposición que se va a llamar Buenos Aires, metrópoli moderna, en la cual queremos mostrar los años heroicos de la vanguardia argentina, entre los primeros años de la década del veinte hasta 1950. Unos 25 años donde está la generación de Borges en poesía, hay arquitectos extraordinarios racionalistas, están pintores como Solar, Petoruti, Del Prete, Nora Borges, etc. Recoge todos los constructivos, Los Madis, están algunos grandes fotógrafos como Horacio Coppola. Fotógrafos de los que hemos comprado fotografía, obras incorporadas ya a nuestra colección permanente. Se podrá ver, además, cómo esa ciudad recibió aportes extranjeros, recibió visitas de Le Corbusier, de Stravinsky, de Marinetti… Mostrar en general que fue un foco de cultura internacional no muy conocido, salvo Borges y un poco más, no se conoce mucho afuera. Sin embargo, marca de manera importante el desarrollo de la cultura latinoamericana.

¿Tus modelos de exposiciones buscan, fundamentalmente, la interrelación entre las distintas formas del saber artístico?

Creo que sí. Ejemplo de esto fue Minimalismo, una de las primeras exposiciones que puse en marcha aquí en el museo. En ella estábamos planteando que el Minimal no había empezado con el Minimal propiamente dicho, sino que venía de antes, venía de Malevich, de Mondrian, Rochko, de Newman… Se hacía ver también que el Minimal no se había limitado sólo a las artes plásticas, sino que se había desbordado sobre la música, de hecho había música en la exposición. Se recordaba la arquitectura, el diseño de muebles, la fotografía e incluso la moda, porque había, por ejemplo, cosas de Kalvin Klein. Ese modelo de exposición muy abierta, donde se interrelacionan las artes, a mí me interesa promoverlo. La exposición Suiza constructiva, si te fijas, su novedad reside en que no es una exposición sólo sobre pintores y escultores, sino de gente que también hace diseño, arquitectura, fotografía, carteles. En esa misma línea estoy planteándome una gran muestra sobre los países nórdicos. Por ser lugares donde la vida cotidiana estuvo muy determinada por las artes plásticas, creándose un nuevo entorno donde arquitectos, pintores y diseñadores, trabajaban estrechamente.

¿Qué mecanismo interno del museo elige la exposición de un artista?

Un proyecto de exposición o un proyecto de adquisición pueden venir de cualquiera de las personas que conforman el equipo, digamos, de dirección, de exposición… Es decir, normalmente tanto el director como el vicedirector, como jefe de exposiciones o jefa de exposiciones, son los que más proyectos proponen. Pero hay otros proyectos que pueden surgir de alguien del departamento de colecciones, que se entera, por ejemplo, de una pieza que está en el mercado, o de alguien del departamento de exposiciones que tiene una idea expositiva. No hay unas reglas fijas, sino que los proyectos van emergiendo, van poniéndose sobre la mesa. Después se van priorizando en función de ese mapa expositivo que hacemos, en el cual cada año tiene que dar para decir vamos a continuar mirando los años cincuenta, a continuar con los artistas que están en la mitad de su carrera, con los proyectos emergentes en el Espacio Uno, la fotografía, Latinoamérica o con el país invitado en ARCO. El año que viene es Grecia y tenemos un proyecto compuesto por cuatro impulsores de la cultura en el París de los años veinte, entre otros, Cristian Servos, gran galerista, y Kostaqui, un importante coleccionista de arte ruso. Va a ser una exposición donde habrá arte griego, pero sobre todo será una mirada griega sobre lo moderno. Al año siguiente (2005) será Canadá, y ahí estaríamos hablando fundamentalmente de fotografía y vídeo, y de la ciudad de Vancouver; el siguiente será Austria, sobre el que ya estamos dándole vueltas, y luego será Corea, del que sabemos menos. También hay un diálogo con PhotoEspaña, y programaremos algo de fotografía durante esta edición. Como ves, es una oferta muy variable, es un museo que tiene que tener mucho de nacional, pero que no ve lo nacional en un sentido limitador. Alguna gente dice que ser un museo nacional significa ser un museo limitador. Creo que no es así si se sabe combinar con atención.

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