Es prácticamente imposible encontrar en la isla a un niño o un joven que no los haya escuchado. Sus temas, y en particular dos de ellos, Mátame y Pídeme, sonaron hasta el cansancio en las emisoras de radio. Igualmente popular es el misterioso grito con el cual abren sus actuaciones: "¡Uh laca laca lah!". Son sólo tres, pero arman tanta algarabía como una orquesta. Según el carné de identidad, se llaman Manuel González Martínez, Javier Durán Webb y José Ángel Sastre, mas ellos prefieren sus nombres artísticos: Flipper, White y El Doctor. Integran Cubanito 20.20, la nueva sensación de nuestra música popular.

El año pasado, la firma discográfica francesa Lusafrica lanzó su primer disco compacto, Soy cubanito. Para promocionarlo, los tres jóvenes viajaron durante el verano a Europa. Se presentaron con notable éxito en Holanda, Francia, Italia, Portugal y Bélgica. No era, sin embargo, su primera confrontación con un público extranjero. Antes habían actuado en Brasil y Cabo Verde, dos países donde la música cubana cuenta con muchos seguidores.

La prehistoria de Cubanito 20.02 se remonta a la primera mitad de la década de los noventa. Entonces Flipper trabajaba en La Habana como disck jockey o pinchadiscos. White y El Doctor, por su parte, se habían sumado al incipiente movimiento de rap, género musical en el que se foguearon en los autobuses de la capital. Los tres coincidieron más tarde, al unirse al grupo Primera Base, con el cual se presentaron en 1995 en el Festival de Rap de La Habana. Dos años más tarde grabaron con esa agrupación un disco compacto, que fue galardonado con uno de los premios en Cubadisco. A principios del nuevo milenio, Flipper, White y El Doctor decidieron probar suerte los tres juntos y emprender su andadura como trío. La iniciaron en febrero del 2002, de ahí el nombre con el que se han hecho tan populares.

Una etiqueta equívoca

El premio que Cubanito 20.02 obtuvo en la edición de Cubadisco del año pasado puede llamar a engaño a quienes no los hayan escuchado. Me refiero a la categoría de rap, dentro de la cual Soy cubanito resultó triunfador (el otro disco nominado en este rubro era Voz de mando, de HEL). En realidad, el rap es uno de los varios ingredientes que integran ese irresistible cóctel que es la propuesta musical del trío. Tampoco puede decirse que sea el que más peso tiene, algo que corresponde más bien al reggae. Éste ha sido incorporado a una base sonora enraizada en la música popular cubana. El resultado de esa fusión son unas canciones de tono festivo y celebratorio, que poseen un inconfundible cuño caribeño. El trabajo de Cubanito 20.02 se inscribe así dentro de lo que se conoce como reggaeton, un fenómeno que surgió en Puerto Rico a principios de la década de los noventa, y cuya popularidad se extiende de día en día.

Por supuesto, no es nueva esta asimilación del reggae por géneros pertenecientes a la música pop. Los norteamericanos Paul Simon y Johny Nash fueron los primeros que la realizaron, aunque fueron los británicos quienes lograron ponerla de moda. Basta recordar a The Clash, Boy George y Culture Club, UB40 y los discotequeros Boney M, quienes recurrieron al rico acervo musical jamaicano y consiguieron unas ventas que los creadores originales jamás conocieron. El caso del reggaeton, sin embargo, es distinto, pues en el mismo la música jamaicana no sale del ámbito caribeño, sino que dialoga con músicas con las cuales comparte sonoridades, ritmos e instrumentos.