El cubano Alex Sánchez fue despedido el martes por los Tigres de Detroit, apenas cinco días después de que consiguiera reunirse con su madre y su hermano menor, de los que estuvo separado 11 años.
Según AP, Sánchez había desencantado en Detroit por sus equivocaciones defensivas, lo que se repitió en el spring training.
"Tuvimos la oportunidad de observarlo esta pretemporada y su defensa no se encuentra al nivel que queremos", declaró el presidente de los Tigres, Dave Dombrowski.
Además de sus problemas defensivos, a Sánchez le costó también conseguir embasarse con otros medios que no fuesen el sencillo o el toque, algo clave para alguien que batea primero en el orden ofensivo.
En 365 partidos, acumula 68 bases por bolas. Su promedio en cuatro campañas en las Ligas Mayores es de 292.
Sánchez bateó para 322 el año pasado, pero su promedio de embasado fue de sólo 335, ya que recibió siete pasaportes. Sólo jugó en 79 partidos por dolencias físicas.
En el 2003, el cubano se robó 52 bases con los Tigres y Cerveceros de Milwaukee.
La semana pasada, Sánchez se reencontró en Miami con su madre y su hermano, a quienes no veía desde 1994, cuando escapó de Cuba en balsa. |