Algunas personas, tanto dentro como fuera de Cuba, después de la ola represiva emprendida contra la oposición pacífica por el sector más inmovilista y reaccionario del gobierno, han pensado —no sin razón— que la disidencia está aplastada y no tiene manera de volverse a levantar, y que su papel en la promoción de cambios hacia la democracia en la Isla ha desaparecido.

Vladimiro Roca. Cero pesimismo ante la represión.

No vamos a negar que el golpe propinado al movimiento opositor pacífico fue tremendo, por no decir brutal, pues sería tratar de tapar el sol con un dedo. Pero de ahí a creer que el mismo ha desaparecido y que terminó su actuación como actor social en la democratización de nuestra patria, es desconocer la existencia de personas reales que, aun desde la oscuridad del encierro, continúan luchando por la promoción de los cambios que traigan libertad y democracia a nuestro sufrido pueblo; es desconocer también que aquellos que nos precedieron en esta larga lucha nos han servido de ejemplo.

De la agrupación Todos Unidos cayeron en la ola represiva más de 30 colegas, incluyendo 4 de la Comisión de Relatoría, lo que habla claramente de la magnitud del golpe recibido. Eso ha traído como consecuencia una disminución sensible en el ritmo de trabajo de la  organización, enfrascada antes de la represión en la preparación de las bases populares y en la nueva edición del documento: Todos Unidos: Medidas para salir de la crisis —de muy buena acogida en el interior y exterior de Cuba—, que propició un impulso a la recogida de firmas de apoyo al Proyecto Varela.

En los días de las detenciones y de los registros la agrupación quedó paralizada, pues estábamos esperando la presencia de los operativos de detención, de un momento a otro. Sólo nos llamábamos por teléfono para confirmar quiénes habían sido detenidos y quiénes quedaban todavía en libertad con el fin de dar a conocer las noticias de las detenciones a través de nuestros hermanos en el exterior —principalmente de Miami— para que no pasaran inadvertidas en la comunidad internacional, y promover la campaña de solidaridad con los encarcelados. Fueron días de enorme tensión.

Después de la celebración de los juicios sumarísimos y del destape de los "chivatos", quedó, al menos en muchas organizaciones de La Habana, un sentimiento de desconfianza que complicó aún más la difícil situación de la oposición. Al propio tiempo, se desató una ola de solidaridad entre la población y los familiares de los opositores detenidos, como nunca antes se había producido. Además, muchas personas que hasta ese momento se habían mantenido en el entorno de los opositores, pero sin tener una posición opositora definida, se brindaron para realizar tareas de apoyo a los detenidos, como recoger productos para las jabas de alimentos, dinero, o alojar en sus casas a los familiares de los condenados.

La tarea que se priorizó por parte de la disminuida Comisión de Relatoría fue el apoyo y la ayuda a los familiares de los presos así como la promoción de la solidaridad para con ellos. Algunos presentaban y presentan serios problemas de salud, e incluso pasan de los 50 años de edad.

Dos meses después de la represión desmedida del gobierno contra toda la oposición, la agrupación Todos Unidos celebra la primera reunión de la Comisión de Relatoría con la incorporación de nuevos miembros, aprobados en la última reunión del 18 de marzo, en horas de la mañana, el mismo día en que comenzó el despiadado operativo contra la oposición.

En la actualidad, la agrupación se encuentra en proceso de reagrupación de las organizaciones miembros, reorganización y consolidación. Entre las tareas priorizadas para esta etapa están la atención a los presos y sus familiares, la promoción de la solidaridad con los encarcelados y de la lucha por la democratización de nuestra sociedad. Además, la confección y redacción de un programa opositor alternativo a la propuesta totalitaria del régimen, con vistas a continuar la movilización de la población en favor de cambios económicos, políticos y sociales que permitan mejorar la precaria situación de la economía y ayudar al diálogo para una transición pacífica hacia la democracia en Cuba.

Creo en la recuperación de Todos Unidos y en el papel activo que desempeñará en este proceso de lucha por los cambios, a pesar del pesimismo de algunos disidentes y la inescrupulosa actuación de las autoridades represivas para silenciar al movimiento opositor pacífico cubano.