www.cubaencuentro.com Lunes, 28 de marzo de 2005

 
  Parte 1/2
 
La Habana: Silvio o el desencanto
El autor de 'El Necio' apoya la gran orquestación del régimen: Uno de sus últimos oficios es defender a los cinco espías cubanos 'prisioneros del imperio'.
por ANA JULIA RIVERO
 

Hacia una cultura de la naturaleza es el nombre de un sospechoso concierto que ofrece actualmente Silvio Rodríguez en algunas ciudades cubanas. Alejado de las giras nacionales después de aquella titulada Cuba Va —donde incluso llegó hasta el Pico Turquino—, el hoy trovador insignia del régimen regresa cauteloso a algunos escenarios del país. Inexplicablemente, el autor de El Necio se desliza en silencio, sin comentarios en la prensa y ampliando su imagen en pantallas ubicadas en exteriores, porque prefiere cantar para pocas personas en locales cerrados.

S. Rodriguez
Silvio Rodríguez durante una sesión del Parlamento cubano.

Las actuaciones, auspiciadas por la Fundación Antonio Núñez Jiménez, comenzaron en la oriental ciudad de Manzanillo, y hasta ahora gran parte del público participante afirma que ha asistido a un Silvio musicalmente superado, pero de una frialdad extraordinaria, sin emociones en los textos interpretados, la mayoría pertenecientes a su última producción, Cita con ángeles. Hay quienes testifican que escucharlo, en estos momentos, es confirmar su traición a la rebeldía y al aliento poético presente en varias de sus primeras producciones discográficas, iniciadas con Días y flores en 1975.

Para otras personas, estas sensaciones ante una actuación de Rodríguez ya no son noticia. Especialmente ahora, cuando además de trovador, condición en la que insiste a fuerza de repetirlo, es diputado a la Asamblea Nacional, una de las mayores mentiras del poder en Cuba. La silla que ocupa supuestamente representa los intereses de los pobladores de San Antonio de los Baños, su lugar de nacimiento.

Cuba es el país del desencanto. Cada día sus habitantes ven desplomarse con extraordinaria facilidad muchas de sus añoranzas. Con su proceder actual, Rodríguez ha aportado lo suyo. Por ejemplo, uno de sus últimos oficios es defender a los cinco prisioneros cubanos en Estados Unidos. Para él son "hermanos", y los define como "símbolos del valor y la coherencia", sumado a la gran orquestación del régimen por su regreso al país.

En una entrevista concedida a los familiares de los espías pescados in fraganti, y a la periodista oficialista Arleen Rodríguez Derivet, publicada en Juventud Rebelde, se manifestó conmovido ante el hecho de que sus canciones se han convertido en "himnos de batalla" para la excarcelación de los cinco:

"Estas cosas que les suceden a otros, que después te las trasmiten, te enseñan, te reenseñan, te reeducan y te muestran que, efectivamente, las canciones no pueden cambiar al mundo, pero contribuyen a hacerlo mejor. A través de ellas, se encuentra sentido a lo que se hace y, en cierta medida, vuelves a ser lo que fuiste, gracias a estas experiencias que te muestran las propias canciones y a las realidades que viven estos cinco hermanos".

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