¿Hacia dónde va Marruecos?

Nuestro problema más grande es que no sabemos a dónde vamos. Si Marruecos fuera una democracia auténtica, haríamos un debate para saberlo. Lo que salía en mis revistas, una en árabe y otra en francés, era justamente ese mensaje: que abriremos el debate. Estamos viviendo bajo una Constitución hecha a medida por Hassam II, el padre de Mohamed VI. Hassam II era un dictador peor que Fidel Castro. Estamos viviendo bajo un nuevo reino, no podemos vivir bajo una Constitución hecha contra los ciudadanos.

Hoy en día, la gente, o se suicida en el Estrecho de Gibraltar (los emigrantes clandestinos que mueren en ese intento), o van a engrosar las filas del islamismo radical en Marruecos. Los movimientos islamistas se están haciendo mucho más fuertes.

Si hacemos hoy elecciones totalmente libres, vamos a encontrarnos con un partido islamista que tiene mayoría absoluta. ¿Cuál es la respuesta? La respuesta a estos problemas, a estos peligros totalitarios —sean marxistas, islamistas o monárquicos, absolutistas—, es la democracia. Y para que lleguemos a eso necesitamos una constitución democrática. En Cuba pasa lo mismo que en Marruecos, salvo que en este último, para salvar las formas, nos dicen que podemos hablar de todo; pero al fin y al cabo no hablamos de nada.

Por ejemplo, vosotros tenéis problemas con Estados Unidos, podemos abrir un debate y ver qué podemos hacer con Estados Unidos; cómo podemos volver a relacionarnos con ese país, salvaguardando nuestra soberanía y algunas buenas cosas de la revolución. En Marruecos es la misma cosa. ¿Vamos a seguir viviendo en una monarquía feudal, o constitucional, o democrática? ¿O vamos hacia una dictadura? No hay tema, cuando no hay debate, significa que estamos viviendo bajo una dictadura, y que algún día todo esto se va a desplomar de una manera tan brutal, que ya no podremos salvarlo.

¿Son infundadas las expectativas creadas por este rey en la comunidad internacional?

El Rey no tiene un proyecto político definido. En Cuba, cuando alguien habla lo meten en la cárcel. Acá, primero intentan comprarlo de dos maneras: ideológicamente o con dinero. Después, si ven que no se somete, le molestan, se meten con su familia…, y llega un momento en que no pueden y hacen lo que me han hecho a mí, nos meten en la cárcel. Pienso que la expectativas son infundadas. Este señor llegó hace cuatro años y medio, y salvo algunos golpes de efecto, aún no hemos visto un gesto democrático concreto.

¿Cuáles son sus planes para el futuro?

Desgraciadamente, ustedes no pueden volver a Cuba, yo puedo volver a mi país. Voy a continuar la lucha. Imagínese, en el 2004 tengo que utilizar esas palabras: lucha, combate, en un país donde dicen que son palabras vieja, en desuso. Voy a volver a mi país para luchar, no contra el régimen, sino por unas ideas democráticas, por la libertad de expresión. Esto es un hecho en la mayoría de los países subdesarrollados, que se están desarrollando sin libertad de expresión. No hay un desarrollo sostenible, no existe.

Voy a volver a Marruecos, voy a sacar otras revistas y vamos a ver.

¿Tiene algún mensaje para Raúl Rivero?

Como antiguo preso, entiendo perfectamente lo que está sufriendo. Yo estaba en una cárcel, y voy a decir una cosa terrible: cuando las cosas se complicaban para mí, pensaba en que Raúl lo estaba pasando peor. Decía: "Alí, tú la estás pasando diferente a Raúl, tú eres un afortunado".

Le envío este mensaje: Compañero, resiste, resiste, resiste… ninguna dictadura permanece en el poder.