La Constitución dicta que el referendo revocatorio puede ser activado a partir de la mitad del mandato ejecutivo, que en el caso de Chávez se cumplirá el próximo 19 de agosto. Pero la Carta Magna es omisa acerca de si el actual presidente podría o no ser candidato en las elecciones que, hipotéticamente, se celebrarían después del referendo.

Como la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia tendría que dar su interpretación sobre el asunto, lo más probable es que lo haga a favor de Chávez, como ya ha sucedido en otras decisiones cruciales.

El otro problema complicado es que ni siquiera los ciudadanos que firmaron saben a ciencia cierta si sus rúbricas se encuentran entre las aceptadas o las "dudosas". Varios diarios han creado un sitio web que permite que los ciudadanos, al introducir el número de su cédula de identidad, puedan saber algo acerca del destino de su firma. Las instrucciones para este proceso son tan complejas que vale la pena reproducirlas: "Al introducir el número de su cédula, el sistema le ofrecerá el número empleado por el Consejo Nacional Electoral para catalogar sus datos y justo debajo encontrará un enlace en el que podrá saber el significado de esos dígitos. Adicionalmente, podrá consultar dónde está ubicado el centro de reparo en el que podrá ejercer su derecho" (los venezolanos denominan "reparo" a este proceso de ratificar las firmas).

¿Cuántos ciudadanos tienen acceso a Internet? De seguro que muchos más que en Cuba, pero el sistema representa un verdadero quebradero de cabeza para el venezolano común, que ya firmó para revocar a Chávez y que ahora tiene que hacerlo de nuevo.

El arte de la intimidación

En todo este proceso hay un factor que no puede ser olvidado, y en el cual ya han mostrado su eficiencia los Círculos Bolivarianos, posiblemente bien entrenados por especialistas cubanos en la materia: el arte de la intimidación.

En Venezuela, ya han sido denunciados centenares de casos de personas que trabajaban en la función pública y que fueron despedidas de sus cargos, por firmar pidiendo el revocatorio contra Chávez. La organización civil Súmate está tratando de ayudar en todo este enredo y ha convocado a los ciudadanos que participaron en el denominado "Reafirmazo" (la segunda recogida de firmas para pedir el referendo) para que se presenten en los mismos lugares donde registraron sus rúbricas y entonces allí informarles sobre el asunto. Loable tarea que seguramente será seguida bien de cerca por "observadores activistas" de los Círculos Bolivarianos para identificar también a los potenciales objetivos de su campaña. Intentarán lograr que la oposición no consiga obtener las 525.119 firmas que le faltan para llegar al número mágico de 2.436.083, las necesarias para que sea convocado el revocatorio.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, y el ex presidente norteamericano, Jimmy Carter, ya anunciaron que estarán en Venezuela el 29 de mayo como observadores de este proceso de ratificación de las firmas. Presencia plausible, pero también un arma de doble filo. Se necesitan miles de representantes extranjeros, diseminados por todo el país, para garantizar la transparencia del proceso y dar garantías a una ciudadanía que se va sintiendo cada vez más acosada por los chavistas. Si Gaviria y Carter no cuentan con informes fidedignos de todo lo que sucede en el país, poco pueden hacer para evaluar un proceso tan complejo.