www.cubaencuentro.com Lunes, 31 de mayo de 2004

 
  Parte 1/2
 
América Latina: Equilibrio entre ciudadanía democrática y capitalismo
por MARIFELI PéREZ-STABLE, Miami
 

Los ciudadanos son el corazón de la democracia. La ciudadanía es portadora de derechos sociales, civiles y políticos. Eso es lo que afirma el informe Democracia en América Latina, que acaba de publicar el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La ampliación de la ciudadanía social, es decir, procurar la inclusión de 170 millones de latinoamericanos que viven en la pobreza, representa el mayor desafío en la región, si de compensar los déficits democráticos se trata.

Trabajos forzados
Indígenas del Amazonas: ¿Ciudadanos de segunda?

El informe del PNUD es un llamado a la acción y al debate. No olvidemos, sin embargo, las buenas noticias: prácticamente en todos los países se encuentran en el poder líderes elegidos democráticamente. Por regla general, las elecciones son limpias, de manera que han sentado las bases para la democracia. La edificación de ésta, no obstante, es otro asunto, y eso es lo que el equipo de latinoamericanos que confeccionó el informe trata en detalle. Para que se consolide la democracia, los votantes deben convertirse en ciudadanos.

El informe seguramente fomentará el debate, debido al carácter central que le otorga a la ciudadanía social. La propia idea de que las fuertes deficiencias sociales socavan la democracia es cada vez más aceptada. No lo son, en cambio, los medios que se presentan para enfrentar el desafío: un Estado lo suficientemente poderoso para democratizar, es decir, un Estado eficiente, eficaz y creíble.

El informe se enfrenta al criterio establecido en los años noventa, según el cual mientras menor y menos activo fuera el Estado, mejor. En el mejor de los casos, dicho criterio ha obtenido resultados encontrados, razón por la cual el informe insiste claramente en que el Estado y el mercado son complementarios. Ni la democracia ni el mercado pueden, por sí solos, crear ciudadanía social. En aquellos países donde la democracia y el capitalismo se han reforzado mutuamente, la vida política y los niveles de vida han mejorado notablemente. Dicha sinergia ha eludido a América Latina, pero un Estado poderoso podría fomentarla.

No sin razón, esta propuesta provocará enérgicas protestas en algunos círculos. El populismo a la ligera ha sido una ilusión que todavía resulta tentadora en América Latina. Sin embargo, el informe del PNUD va por otros lados, pues entre las tareas que dice debe mantener el Estado democrático se encuentran la salvaguarda de los derechos sobre la propiedad y de la estabilidad macroeconómica; propuestas no exactamente populistas. Al mismo tiempo, los fracasos del neoliberalismo son hoy tan claros como el agua, y al debate deberíamos sumarnos sin artículos de fe de ninguna clase.

América Latina se encuentra atrapada en lo que el informe denomina como un "triángulo históricamente único", pues en ninguna otra región ha coexistido la democracia con niveles tan altos de pobreza y desigualdad. Si no atajamos estos últimos, la democracia se marchitará. Desafortunadamente, América Latina no se puede dar el lujo de esperar el decursar del tiempo. Las democracias perdurables, como la de Estados Unidos, se ampliaron y profundizaron gradualmente. Por el contrario, los países de América Latina han tenido que enfrentar múltiples desafíos de forma simultánea.

1. Inicio
2. Los pueblos...
   
 
EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
Venezuela ante la OEA
ANTONIO SáNCHEZ GARCíA, Caracas
La destrucción creativa
JUAN F. BENEMELIS, Miami
En juego el Estado de derecho
SAURO GONZáLEZ RODRíGUEZ, Nueva York
Un dramaturgo llamado Chávez
MIGUEL RIVERO, Lisboa
La Europa de los 25
MR, Lisboa
Atenuar diferencias
MARIFELI PéREZ-STABLE, Miami
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir