Río de Janeiro vivió durante el lunes y el martes una ola de violencia que las autoridades policiales consideran ha sido organizada desde la cárcel.

Presuntos narcotraficantes quemaron el martes tres autobuses del servicio de transporte y ametrallaron dos centros comerciales de la ciudad. El lunes fue un día de terror para la ciudad brasileña. Según la policía, traficantes de drogas realizaron acciones simultáneas en 23 vecindarios, incendiaron por lo menos 16 autobuses, y arrojaron bombas y granadas de gas lacrimógeno contra edificios particulares, informó Reuters.

Los sucesos dejaron unos 16 heridos y han ocurrido en la semana previa al mundialmente conocido carnaval de Río.

La policía cree que las acciones fueron organizadas por el llamado Comando Vermelho (Comando Rojo), banda criminal liderada por el narcotraficantes en prisión, Luiz Fernando da Costa, conocido como Fernandinho Beira-Mar.

"Dos prisioneros confesaron que fueron instruidos para coordinar esa acción y que la orden fue dada por Fernandinho Beira-Mar", dijo el jefe de policía de Río, Álvaro Días, citado por AP.

Más de 40 personas fueron detenidas y 28 acusadas con crímenes que van desde el vandalismo a la asociación con narcotraficantes.

Cerca de 28.000 tiendas cerraron sus puertas luego de que una carta, supuestamente preparada por los narcotraficantes, les advirtiera que quienes no los obedecieran serían "castigados".

De hecho, en la madrugada del martes las fachadas del centro comercial Norte Shopping y del supermercado Bon Marché, en la zona norte de la ciudad, recibieron más de 20 disparos. La policía calificó el acto de represalia por no respetar las órdenes de cerrar las puertas.

Según Reuters, las autoridades hicieron una gigantesca movilización de fuerzas de seguridad en las calles de Río, donde cerca de 16.000 policías se han apostado para prevenir nuevas acciones violentas.

Los episodios de violencia se producen a apenas cinco días del comienzo del carnaval, la mayor fiesta popular de Brasil, para la cual Río de Janeiro espera a unos 400.000 turistas.

Esta no es la primera vez que los seguidores de Fernandinho Beira-Mar actúan en la ciudad, recordó AP. En septiembre, tiendas y escuelas fueron cerradas en todo Río, luego de amenazas de parte de seguidores de Da Costa, quienes exigieron mejores condiciones de vida para su líder en prisión.

Semanas antes, Da Costa y sus hombres tomaron el control de la prisión de máxima seguridad Bangu I, donde torturaron y ejecutaron a cuatro rivales, colgaron una bandera roja desde una torre de vigilancia para señalar su victoria y luego se entregaron.

Da Costa fue detenido en 2001 en las selvas de Colombia, donde presuntamente proporcionaba armas a la guerrilla a cambio de la cocaína que vendía en Brasil.