Un coche-bomba estalló el miércoles al oeste de Caracas, frente a la vivienda de un gobernador opositor al presidente venezolano Hugo Chávez. El hecho no dejó víctimas pero avivó la tensión política en el país.
"La onda expansiva fue fuerte (…), no hay lesionados porque no transitaba nadie por ahí, de lo contrario hubiese sido más problemática la situación", dijo a Unión Radio el jefe de bomberos del estado de Miranda, José Plasencia, informó la AP. La detonación dañó la fachada de varios almacenes vecinos.
El gobernador Enrique Mendoza, presunto objetivo del ataque, no se encontraba en su residencia en el momento de la explosión, confirmó el jueves el portavoz Víctor Manuel Hernández.
Encuestas recientes señalan a Mendoza como el principal candidato para desafiar a Chávez en una eventual elección presidencial.
Hernández dijo que probablemente el explosivo fue arrojado desde un vehículo en marcha y provocó la explosión de otro que generalmente se encuentra estacionado en el lugar donde explotó y pertenece a un residente de la zona.
Las autoridades informaron que en el lugar se encontraron una serie de panfletos en los que los atacantes se identificaron como las Fuerzas Bolivarianas de Liberación. Los panfletos decían que "la revolución no se negocia, se profundiza".
Este es el cuarto ataque con explosivos en lo que va de año. En abril los blancos fueron un centro empresarial donde se desarrollaban los diálogos entre el gobierno y la oposición en Caracas, y la asociación de ganaderos del estado Táchira, limítrofe con Colombia. No hubo lesionados.
Las sedes de la embajada de España y el consulado de Colombia en Caracas fueron atacadas en febrero con potentes explosivos. Hubo tres heridos y severos daños en las instalaciones.
Policías federales y fiscales investigan los ataques, pero hasta ahora ningún sospechoso ha sido detenido en relación con esos hechos.
Gobierno y oposición se culpan mutuamente por los incidentes. |