El juez de la Audiencia Nacional de España, Baltasar Garzón, ordenó el domingo prisión preventiva incondicional para el militar argentino retirado Ricardo Cavallo, acusado de genocidio y terrorismo durante la dictadura militar de Argentina, entre 1976 y 1983.

Cavallo fue extraditado el sábado desde México y llevado ante Garzón, tras llegar a Madrid en un avión de la fuerza aérea española, escoltado por varios agentes de la policía, informó Reuters.

"La actividad delictiva imputada en forma provisional al procesado es de tal gravedad que no deja opción diferente a la de la medida de prisión", manifestó Garzón en el escrito en el que dispuso encarcelar a Cavallo hasta su juicio, sin posibilidad de libertad bajo fianza. Hasta ahora no se ha fijado una fecha para el juicio.

Bajo las leyes españolas, se pueden enjuiciar en el país a personas que hayan cometido crímenes contra la humanidad, aun en otra nación.

Según AP, el juez dijo que decidió encarcelar a Cavallo porque "el riesgo de sustracción a la justicia es evidente, si se tiene en cuenta que si estuviera en libertad eludiría la acción judicial con tan sólo huir a la Argentina".

En el auto de prisión, Garzón consideró que Cavallo "ha podido participar de forma consciente (…) en un puesto de responsabilidad y de control de las acciones criminales que se produjeron en la Escuela Mecánica de la Armada en las que participó, dirigió o conoció".

Cavallo se negó a declarar en su primera aparición ante el tribunal, y sostuvo que, como capitán de la marina, las normas argentinas no le permiten testificar.

Antes, el ex militar, de 52 años, dijo a Garzón que desconocía las acusaciones en su contra y, en consecuencia, no respondería ninguna pregunta, indicó Manuel Olle, el abogado que representa a las víctimas.

El juez le entregó entonces el informe de 200 páginas en el que se le acusa de 200 desapariciones, 120 secuestros y 100 torturas durante la represión del régimen militar de 1976-1983 en contra de disidentes y militantes de izquierda, explicó Olle.

La extradición del presunto genocida es una medida calificada de histórica por organizaciones defensoras de los derechos humanos, según Reuters.

"Esta es la primera vez que una nación extradita a una persona a otro país para someterla a juicio por crímenes contra los derechos humanos ocurridos en un tercer país", dijo el sábado Reed Brody, un abogado de la organización Human Rights Watch.

Si es declarado culpable, Cavallo podría enfrentar más de 30 años de cárcel.

Más de 30.000 personas fueron asesinadas o "desaparecieron" durante la dictadura militar en Argentina. Muchas fueron torturadas, otras fueron narcotizadas y posteriormente lanzadas al vacío desde aviones sobre el Río de la Plata o el océano Atlántico.

Los defensores del proceso contra Cavallo dijeron que el hecho de que la nacionalidad de las posibles víctimas no suponga un problema y de que el militar retirado vaya a ser juzgado por crímenes que habría cometido en otro lugar, es un mensaje importante para la defensa de los derechos humanos.

A principios de mes, la Suprema Corte de Justicia de México ordenó la extradición de Cavallo, quien niega las acusaciones.

La decisión convirtió a México en el primer país de América Latina en extraditar a alguien por violaciones a los derechos humanos bajo el principio de jurisdicción universal.

Familiares de personas que fueron torturadas y asesinadas durante la dictadura en Argentina se congregaron a las puertas de la Audiencia Nacional con carteles pidiendo la extradición de otros acusados de asesinato.

"Esperamos que a partir del principio de justicia universal esto continúe con la extradición de los otros 48 que están solicitados por el juez Garzón y los 98 que también solicitamos", dijo Mónica Cavagna, una argentina que trabaja en defensa de las familias de las víctimas. "La justicia finalmente le va a llegar", añadió.

Tras dejar el ejército, Cavallo se convirtió en hombre de negocios en México, hasta que fue acusado por un periódico mexicano de ser un ex agente de los servicios de inteligencia. Su detención se produjo en el balneario de Cancún en agosto de 2000, cuando se disponía a viajar a Argentina.