La explosión de una "motobomba" dejó el domingo un saldo de 11 personas muertas y 48 heridas en Florencia, capital del departamento de Caquetá, al sur de Colombia.

El artefacto fue activado por control remoto en una zona de discotecas y restaurantes de la ciudad. La carga de cinco kilos de explosivo estaba oculta en una motocicleta, dijo en declaraciones a Reuters el comandante de XII brigada del ejército, general Luis Ardila.

Se trata de uno de los ataques terroristas más violentos de los últimos meses. Entre las víctimas fatales hay dos policías y un menor de 12 años, precisaron las autoridades.

"No faltan los motivos de tristeza: el atentado terrorista en Florencia que ha dejado 11 muertos y una situación muy delicada de algunos heridos", dijo el presidente Álvaro Uribe, en un acto del gobierno en la ciudad de Santa Marta.

Según Reuters, el ataque implica un golpe a la "política de seguridad democrática" de Uribe, con la que busca derrotar militarmente a la guerrilla y que incluye el aumento de efectivos de las Fuerzas Armadas, del presupuesto militar, la conformación de una red de civiles y el pago de recompensas.

El gobierno y las autoridades militares acusaron del atentado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el principal grupo rebelde del país con unos 17.000 combatientes.

"Todas las evidencias apuntan a que los responsables son las FARC", declaró la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez.

Las autoridades ofrecieron una recompensa de 17.500 dólares a quien suministre información que permita capturar a los autores del ataque, mientras que prohibieron el tránsito de motocicletas y su estacionamiento en sitios públicos.

Los ataques con explosivos son frecuentes en medio de la confrontación interna que vive Colombia. El departamento del Caquetá es una de las regiones más violentas y conflictivas del país. Los combates entre las fuerzas de seguridad del Estado y las FARC son frecuentes.

También son constantes los ataques de la guerrilla y los enfrentamientos de los rebeldes con los ilegales escuadrones paramilitares de ultraderecha.

En febrero de 2003, un avión Cessna en el que viajaban cuatro estadounidenses —contratistas del Departamento de Defensa— y un militar colombiano, se estrelló en esa zona.

Las FARC dijeron que derribaron la aeronave y mataron a uno de los extranjeros y al militar colombiano. Los otros tres estadounidenses fueron secuestrados por la guerrilla, que los calificó como agentes de la CIA y busca canjearlos, junto con otros políticos y militares, por rebeldes encarcelados.

En las selvas del Caquetá se han detectado cultivos de hoja de coca y laboratorios para el procesamiento de cocaína. El narcotráfico es la principal fuente de financiación de las FARC.

El conflicto interno de casi cuatro décadas que azota a Colombia ha dejado 40.000 muertos en los últimos dos lustros.