Los servicios de inteligencia cuentan con suficientes indicios como para orientar sus pesquisas. Desde la propia Cuba, las señales se hacen cada vez más patentes. Un ejemplo, el discurso del 1 de enero de 1967, en la celebración del octavo aniversario de la revolución cubana, Castro anuncia que el "comandante Ernesto Guevara, cual Ave Fénix, aparecerá naciendo de sus propias cenizas" y agrega: "Algún día, muy pronto, tendremos noticias muy concretas sobre el Che".

El 16 de abril se lee en la conferencia de la OSPAAL (Organización de Solidaridad de los Pueblos de África y de América Latina) el famoso Mensaje del Che en el que pregona la creación de "dos, tres, más Vietnam". El Che escribe en su diario: "es la confirmación de mi presencia aquí ante la CIA".

El 29 de enero de 1967, la policía allana la Casa de Calamina, el primer campamento o vestíbulo del foco guerrillero, tras una denuncia de un campesino que los toma por fabricantes de cocaína. Las idas y venidas de hombres "grandes y barbudos y con acento extranjero" alertaron a los campesinos, además de ir armados y llevar mucho dinero consigo. Compraban productos a precio alto sin chistar.

Un cable de la AFP (4 de febrero de 1967) reporta que en un artículo publicado en Clarín, y enviado desde La Habana, el senador comunista Baltasar Castro narra una conversación que sostuvo con Fidel Castro en un estadio, durante un partido de béisbol. "En noviembre, habrá noticias novedosas sobre el Che", dijo, dejando claramente entrever que estas novedades afectarán a Argentina, porque "ellos tienen un líder en potencia".

El gobierno argentino acoge sin sorpresas estas declaraciones, pues "está perfectamente informado de los intentos de infiltración que desde hace un mes realizan agentes castro-comunistas" y de "indicios sobre la presencia del Che en la frontera argentino-brasileña a principios del mes de enero".

El 5 de febrero, tras una serie de versiones periodísticas publicadas en Argentina, el padre de Ernesto Guevara niega que su hijo haya estado en Argentina.

El 3 de marzo, Antonio Arguedas, ministro de Gobierno, anuncia que pronto presentará pruebas de que en el país se están organizando guerrillas con instrucción y dineros del extranjero. El 9 de marzo investigan en Brasil sobre la posible presencia del Che Guevara. Brasil y Argentina realizan consultas al respecto.

El 13 de marzo se anuncia que está en funcionamiento el primer pozo perforado en Monteagudo —localidad que se encuentra en las cercanías del campamento—, zona del enclave petrolero boliviano. De hecho, los primeros en detectar a los guerrilleros son miembros del personal de la compañía de petróleos de Bolivia (YPFB), que dan la voz de alerta.

El 11 de marzo, el grupo es observado por reconocimiento aéreo del Ejército, y el 13 dos desertores bolivianos de la guerrilla caen en manos del Ejército y delatan todo cuanto saben, incluso la presencia de Ernesto Guevara. De allí que el general David Lafuente, comandante del Ejército, denuncie el 29 de marzo la presencia de extranjeros que se hacen pasar por estudiantes en geología y, como tales, han ingresado en la zona petrolera. Son en su mayoría cubanos, y entre ellos hay un francés y un chino (se trata del peruano de origen chino, Juan Pablo Chang, que murió el mismo día que el Che; y del francés era Régis Debray).

El 12 de septiembre, el presidente Barrientos ofrece 50.000 pesos a quien entregue a Guevara vivo o muerto. Se pone en marcha una campaña para la captura, que parece inminente. La caída de Camba y León, dos integrantes bolivianos de la guerrilla, suministra información sobre la situación patética del grupo, en particular de la salud de Ernesto Guevara.