Bajo el título El pensamiento fundacional de la nación cubana en el siglo XIX, tuvo lugar recientemente en el Seminario San Carlos y San Ambrosio, en La Habana, un encuentro entre investigadores, profesores y periodistas de la Arquidiócesis de La Habana, las diócesis de Camagüey, Pinar del Río y Santa Clara, la Universidad de La Habana, el Instituto de Literatura y Lingüística y de las revistas Palabra Nueva y Espacios.

Cardenal Ortega: 'Cuba reclama una nueva iluminación'.

Allí se debatió y reflexionó en torno a las figuras del obispo Espada, José Agustín Caballero, José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero y Domingo del Monte; las ideas políticas de Gaspar Cisneros Betancourt, Francisco de Arango y Parreño y de los economistas cubanos del siglo XIX; la ética, la música, el periodismo y la cultura e identidad, además de las constituciones mambisas y su reflejo en las republicanas.

Con pocas palabras y muchas ideas, monseñor Enrique Serpa —rector del Seminario— dejó inaugurado el evento luego de recordar el inestimable rol desempeñado por esa institución fundada en la segunda mitad del siglo XVIII como resultado de la fusión del seminario San Ambrosio y el Colegio San José, para que la sociedad cubana tuviera "bases fuertes y un pensamiento libre".

El siglo XIX: nuestro iluminismo fue el título de la conferencia plenaria inaugural, impartida por monseñor Carlos Manuel de Céspedes, y que sirvió de marco conceptual del evento. Seguidamente, los participantes, agrupados en dos comisiones: "El siglo XIX cubano: un proyecto de Identidad" y "Proyecciones políticas de un pensamiento cubano", sesionaron durante el resto del día bajo la moderación de los padres Rolando Cabrera y Antonio Rodríguez, respectivamente.

Según monseñor Céspedes, en Cuba la proyección de la racionalidad sobre todos los ámbitos sociales se dirigió, gracias a la figura de Juan Benito Feijoo y las particularidades de la ilustración hispana, contra el escolasticismo y no contra la Iglesia, lo que condujo a la Isla, a diferencia de otras regiones, al renacimiento eclesiástico.

Figuras a debate

Guía de la ilustración con un fuerte apoyo de instituciones como la Sociedad Económica Amigos del País y el Seminario San Carlos, así como del gobernador Luis de Las Casas, el obispo Espada —cuyo nombre completo es Juan José Díaz de Espada y Landa— dio un impulso decisivo a la cultura cubana; de ahí que esta no se conciba al margen de su figura.

El iluminismo creó una ética fundacional, individual y social, cristiana y humanista, que a través de la educación se proyectó en los colegios de José de la Luz y Caballero y de Rafael María de Mendive, y luego al resto de la sociedad. En esa ética, amalgamada con el pensamiento liberal, está la raíz que formó a Cuba como entidad. No obstante, si ese proyecto falló fue "porque fallaron algunos hombres", opinó monseñor Céspedes.