Un grupo de 8 a 10 hombres presuntamente armados con pistolas y cuchillos retenían el jueves a unos 40 rehenes a bordo de la embarcación que secuestraron con intención de emigrar ilegalmente a Estados Unidos, informó la AFP.

Los asaltantes se encuentran en el interior de la lancha, amarrada a unos 10 metros de un muelle del puerto de Mariel, al oeste de La Habana, y supuestamente estarían negociando con agentes del gobierno cubano.

Se trata del tercer secuestro ocurrido en Cuba en los últimos 15 días. Estos actos han coincidido con el desarrollo de la campaña represiva del gobierno cubano contra la disidencia interna y han sido ampliamente reflejados por la prensa internacional.

El primero de ellos ocurrió el 19 de marzo, un día después de que La Habana comenzara las detenciones masivas de disidentes. Seis hombres secuestraron a punta de cuchillo un DC-3 cubano que cubría la ruta interna entre Isla de Pinos y la capital, y lo desviaron hacia Cayo Hueso, Florida.

En la noche del pasado lunes un hombre armado con dos granadas secuestró un Antonov-24 de la misma ruta interna. Los pilotos tuvieron que aterrizar en el aeropuerto internacional de La Habana por falta de combustible para llegar a Estados Unidos. La situación se prolongó durante varias horas hasta que el avión despegó nuevamente hacia Cayo Hueso.

El último episodio ocurrió en la madrugada del miércoles, cuando el grupo de entre 8 y 10 personas tomó por asalto la popular "lanchita de Regla" y sus tripulantes fueron obligados a conducirla hacia el sur de Estados Unidos. El jueves por la mañana se iniciaron los juicios sumarísimos contra los 78 disidentes detenidos en Cuba.

La lancha quedó sin combustible a unos 48 kilómetros de las costas de la Isla. Durante más de 22 horas, la pequeña embarcación —no apta para navegar en alta mar— estuvo a la deriva, sin agua ni alimentos para sus ocupantes, hasta que los secuestradores aparentemente aceptaron ser remolcados hasta Mariel en la madrugada de este jueves.

Un reporte oficial cubano señala que se mantienen las negociaciones mediante comunicación radial, pero hasta las 19:30 GMT no se había avanzado hacia una solución.

"Sólo admitieron entregar dos mujeres y un hombre en condiciones delicadas de salud", indicó la nota.

Los secuestradores reclaman que se les provea de combustible para viajar a Florida (sur de Estados Unidos) y amenazan con asesinar a sus rehenes, que se estiman en alrededor de 40 personas, incluidos niños, si no se accede a sus peticiones, según las autoridades cubanas.

Castro se presentó en el puerto de Mariel para "seguir personalmente la evolución de los acontecimientos", dijeron reporteros de la AFP, pero posteriormente se retiró del lugar sin hacer comentarios.

La nota oficial advierte, finalmente, que "se utilizará la fuerza si la situación de los rehenes se hace crítica".