AFP/ La Habana. El VIII Congreso Mundial Tradición y Cultura Orisha inició el martes sus sesiones de seis días en La Habana con un llamado a la tolerancia religiosa y a la paz.
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Wande Abimbola, presidente del Congreso Yoruba. |
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"No estamos buscando un mundo para conquistar (...) Esta religión jamás se convertirá en problemas imperialistas o colonialistas en el mundo actual", dijo el presidente del Congreso, el nigeriano Wande Abimbola, ante unos 250 delegados de Nigeria, Cuba, Estados Unidos, Italia, Gran Bretaña, Trinidad y Tobago, Ecuador y otros países.
Añadió que los seguidores de la cultura y la religión yoruba en el mundo quieren que "no sea fuente de problemas, sino un puntero, una guía hacia las soluciones de los problemas".
A la apertura del Congreso, que se realiza en el Palacio de las Convenciones de La Habana, asistieron varios funcionarios del régimen, entre ellos el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón; la jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista, Caridad Diego; el presidente del Poder Popular en La Habana, Juan Contino, y el viceministro de Cultura, Ismael González.
El presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, Antonio Castañeda, señaló que la Isla juega un importante papel en la difusión de la religión yoruba en el mundo, como consecuencia de su incidencia en la cultura y de la emigración de cubanos a varios países.
"Nos hemos convertido en el auténtico exportador de esta cultura en el mundo", afirmó Castañeda, quien llamó a la unidad de todos los practicantes de esa religión.
Vestidos con trajes tradicionales africanos y con prendas blancas, en el caso de muchos cubanos, los asistentes, portando collares y pulsos de colores, departieron antes de la inauguración en un salón presidido por la reproducción a tamaño natural de los 10 más importantes orishas, las deidades del altar yoruba.
Nacida en la actual Nigeria y Benín, la cultura y religión yoruba llegó a algunos países de América, como Cuba y Brasil, traída por los africanos esclavizados para trabajar en las plantaciones, fundamentalmente de caña de azúcar.
En el caso cubano, esos cultos prevalecieron incluso después de la abolición de la esclavitud, en 1886, tomando rasgos del nuevo escenario y la influencia cristiana de los españoles.
El sincretismo cubano resultante se denomina Regla de Ocha o Santería Cubana, un culto donde el sacerdote, babalawo, es la máxima autoridad, y no existe formación jerárquica como en otras religiones estructuradas. |