El subsecretario de Estado para el Control de Armas y Seguridad Internacional de Estados Unidos, John Bolton, reiteró el martes la acusación de que La Habana es una "amenaza terrorista" y bioterrorista para el país, en una declaración enviada al Congreso, informó la AFP.
En Cuba, el canciller Felipe Pérez Roque rechazó el miércoles las declaraciones del funcionario estadounidense, y dijo que son parte de una campaña para auspiciar una invasión militar a la Isla.
"Bolton padece de una esquizofrenia con Cuba o no tiene un miligramo de vergüenza", dijo Pérez Roque y reiteró que La Habana no desarrolla ningún programa de armas biológicas.
El funcionario del Departamento de Estado "no busca más que presentar pretextos y justificaciones para una agresión militar" a Cuba, añadió el canciller.
En un documento de 25 páginas, referido al desarrollo y diseminación de armas nucleares, químicas y biológicas, Bolton afirmó que el gobierno cubano "sigue siendo una amenaza terrorista" y de ataques biológicos "contra Estados Unidos".
Agregó que La Habana escondió exitosamente detalles de su programa de armas con información que le facilitó la espía Ana Belén Montes, ex analista sobre Cuba de la Agencia de Inteligencia de Defensa, perteneciente al Pentágono.
Montes se declaró culpable de espionaje a favor de Cuba en 2002 y está cumpliendo una pena de 25 años de cárcel.
La espía transmitió a La Habana "parte de la información más sensible que tenemos sobre Cuba", aseguró Bolton e insistió en el tema en el que ya había incursionado en mayo de 2002 sin ofrecer evidencias. En aquel entonces el gobierno de Bush dio un discreto paso al costado respecto a las acusaciones.
La Habana —integrante de la lista de gobiernos que el Departamento de Estado considera "patrocinadores del terrorismo"— protestó por la acusación de Bolton en 2002 y exigió que Washington diera pruebas, lo que Estados Unidos no hizo.
En cambio, el subsecretario de Estado para Inteligencia e Investigación, Carl Ford, reconoció en una comparecencia ante el Congreso, el 5 de junio de 2002, que Washington no tenía pruebas de que el régimen de Fidel Castro tuviera un "programa" de armas biológicas. |