Por segunda vez en menos de tres días, la voz del disidente Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación, se hizo escuchar en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, ante la cual reclamó respeto para el pueblo cubano y emplazó a La Habana a quitarse las máscaras y decir la verdad sobre la situación en la Isla.
Francisco de Armas, representante de Payá en el exterior, denunció este jueves ante el plenario los tratos crueles y degradantes de que son víctimas los prisioneros políticos en Cuba, y afirmó que "el gobierno no ha dicho la verdad a la Comisión" y que "aquellos que están en el poder en Cuba no respetan los pocos derechos que están establecidos en la Constitución" de la Isla.
En su intervención, el representante dijo que al pueblo cubano se le deberían devolver sus derechos, incluyendo el de hacer cambios a su Carta Magna, asimismo emplazó al gobierno a permitirle al pueblo la publicación de sus proyectos.
De Armas exclamó emocionado ante el plenario "nosotros, los cubanos, somos también seres humanos y tenemos derecho a nuestros derechos", al tiempo que preguntó al gobierno por qué no se compromete ante la Comisión a respetar esos derechos y se decide a rechazar la retórica de la comparación para justificar la ausencia de derechos humanos en Cuba.
"Callarse o justificar" las violaciones de los derechos en Cuba, "es condenar al pueblo cubano", sentenció de Armas, para quien los ciudadanos de la Isla no deberían tener que solicitar permisos para entrar y salir de su propio país. Si de verdad todos fueran iguales (como proclama el gobierno) entonces, no debería haber privilegiados viviendo en lujosas áreas, mientras otros padecen la pobreza y son discriminados por las fuerzas policiales, dijo.
Muchos de los nuevos líderes comunistas —aseveró— se han convertido en los nuevos capitalistas, proclamando comunismo o muerte, mientras los cubanos quieren libertad y una revolución basada en la paz y la justicia y en el diálogo con todos sus vecinos.
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