Miembros de la disidencia interna cubana pidieron a los principales partidos políticos españoles que busquen consenso y no conviertan los asuntos relacionados con Cuba en tema de lucha política interna, informó el diario español El País.

El viaje a la Isla este fin de semana del diputado del Partido Popular (PP) Jorge Moragas, y la prohibición de su entrada por parte de las autoridades cubanas se ha convertido en el último incidente de roce entre Madrid y el régimen de Fidel Castro.

Junto a Moragas viajaban los diputados holandeses Boris Dittrich (liberal-demócrata) y Kathleen Ferrier (democratacristiana), quienes también fueron interceptados en el aeropuerto de La Habana y "reembarcados" hacia Europa, según informó la cancillería de la Isla en un comunicado.

El gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero ha considerado "inaceptable" la postura del gobierno cubano, pero ha acusado al PP, principal fuerza política de la oposición española, de "torpedear" sus esfuerzos para buscar una solución al estancamiento de las relaciones entre la Unión Europea (UE) y La Habana.

En la Isla, Vladimiro Roca, presidente del Partido Socialdemócrata de Cuba, consideró que el gobierno español no ha "conciliado" con el PP su política hacia Cuba.

"La división sólo favorece al régimen de Castro; hay que conciliar una sola política, basada en la defensa de los derechos humanos y de las libertades, y no cambiar la actual política europea hacia Cuba", dijo. "No se puede tratar de quedar bien con todo el mundo, porque al final se queda mal con todos".

La expulsión de Moragas "marca la intransigencia del gobierno cubano y pone de manifiesto que nunca va a cambiar su posición", dijo por su parte a la AFP Martha Beatriz Roque, dirigente de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC).

"Esto debería de servirle de primera lección al gobierno de Zapatero sobre lo que es capaz de hacer el régimen cubano", añadió.

"Creo que es una actitud infantil pensar que en estos momentos se pueda hacer cambiar de posición" mediante el diálogo al gobierno de Castro, afirmó Roque.

Dimas Castellanos, dirigente de la Corriente Socialista Democrática Cubana (CSDC), consideró que hubo un error inicial de la UE, "que fue presentar las invitaciones de los disidentes a las embajadas europeas como una sanción en represalia al encarcelamiento de 75 opositores".

Según El País, Castellanos añadió que el convertir la política respecto a Cuba en arma arrojadiza entre los partidos españoles "no beneficia a nadie".

Subrayó como hecho "curioso" que "cada vez que hay una posibilidad de acercamiento entre la UE y Cuba, en la Isla ocurre un incidente que lo paraliza todo".

El comunicado de la cancillería cubana dijo que Moragas intentó ingresar a Cuba "fraudulenta e ilegalmente, bajo el estatus migratorio de turista".

Moragas, secretario de Relaciones Exteriores del PP, había anunciado su intención de reunirse en Cuba con dirigentes de la disidencia para expresarles su "respaldo y solidaridad".

"Las actividades que públicamente declararon como objetivos de su viaje constituyen una violación flagrante de nuestra soberanía y están previstas y sancionadas en nuestras leyes", subrayó la nota oficial cubana, que calificó el hecho como "una grosera provocación política".

El domingo el portavoz socialista en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso español, Rafael Estrella, acusó a Moragas de haber "buscado deliberadamente" su expulsión de Cuba.

El diputado del PP "no iba allí a ayudar al pueblo cubano, sino a radicalizar posiciones y, como él mismo dijo, a impedir que la UE tenga un papel más activo en el cambio político pacífico que necesita la Isla", dijo Estrella.

Agregó que el gobierno de Zapatero no permitirá que este incidente se convierta en una crisis, como pretende, a su juicio, el PP. Estrella dijo que Madrid no modificará su decisión de que España y la UE se impliquen en el cambio político de Cuba mediante el diálogo.