AFP/ La Habana. La publicación católica mensual Palabra Nueva llamó a eliminar la cultura de la violencia en Cuba, y a sustituirla por la buena fe, la confianza y la responsabilidad social, en la edición que comenzó a circular este sábado en La Habana.
"Es necesario romper con esa cultura de la violencia física, verbal o psicológica, remover el mito de creer que somos más importantes por gritar más o por considerarnos intransigentes y autoritarios", afirma en su página de opinión el laico Orlando Márquez, director de la publicación.
Palabra Nueva es el órgano de la Arquidiócesis de La Habana, que encabeza el cardenal Jaime Ortega.
La publicación añadió que la sociedad cubana "no es una sociedad compasiva; solidaria si, compasiva no. Incluso a altos niveles. Se habla de paz, pero no se actúa pacíficamente, ni compasivamente".
"El lenguaje de la guerra y de fuerza nos acompaña cada día desde el amanecer, en el matutino escolar o en la televisión", agregó.
Palabra Nueva sostuvo que "la intolerancia social y política es una actitud violenta que reproduce la violencia y la intolerancia, metiéndonos por los poros esa esencia envenenada y acostumbrando a nuestras neuronas a la idea de que ser autoritario y duro, decir que no y ser intransigentes, es el único modo de triunfar y ser respetados en este mundo".
"Prevalecer por la fuerza y la violencia, por la imposición del miedo, no es triunfar como seres humanos. Todo lo contrario, somos menos humanos. No nos damos cuenta tal vez, pero estamos heridos y la sociedad lo refleja", añadió.
La publicación propone "comenzar a desplazar el castigo con la compasión, el desprecio con la tolerancia (la auténtica tolerancia, no el relativismo), la imposición con el diálogo, la cultura de la violencia y la muerte con la cultura de la vida y la esperanza".
"Fomentar la buena fe entre los ciudadanos, la confianza y la compasión, puede crear también personas responsables. Sólo la responsabilidad construye", añadió.
Aclaró que "esto no depende del desarrollo económico, por el contrario, pues difícilmente se logre el desarrollo económico sin ciudadanos responsables".
"La cultura de la violencia y la muerte espanta, hiela el alma y enferma la sociedad. Pero la cultura de la vida, sólo es posible fomentarla actuando de buena fe y respetando realmente la vida propia y ajena, es lo único que puede mantener nuestra confianza en el futuro de la sociedad", concluyó. |