www.cubaencuentro.com Martes, 16 de agosto de 2005

 
   
 
Lugarteniente de Pablo Escobar revela que Castro y su jefe fueron amigos
 

AFP/ Bogotá. Pablo Escobar, extinto capo del cartel de la cocaína en Medellín, sostuvo una "permanente y fluida" comunicación epistolar con Fidel Castro, quien le permitió usar la Isla como lugar de tránsito de droga hacia Estados Unidos, según John Jairo Velázquez, principal lugarteniente del capo.

La revelación, contenida en el libro El verdadero Pablo, sobre la vida de Escobar, que será lanzado esta semana en Colombia, contiene polémicas revelaciones de Velázquez (alias Popeye), quien por décadas fue el brazo derecho de Escobar y que en la actualidad se encuentra en prisión.

"Pablo Escobar conserva la amistad con Fidel Castro desde su estadía en Nicaragua; nunca han hablado personalmente pero sostienen permanente y fluida comunicación por cartas y terceras personas", asegura el lugarteniente de Escobar en declaraciones a la periodista Astrid Legarda, autora del libro.

En su declaración, cuyos fragmentos publicó la revista Semana, que comenzó a circular este lunes, Popeye afirma: "Con ayuda de Jorge Avendaño, apodado Cocodrilo, el patrón (Escobar) llega a Fidel Castro, en Cuba. Éste lo conecta con su hermano Raúl y así se inicia una operación de tráfico de cocaína".

De acuerdo con la versión del guardaespaldas de Escobar, la amistad entre su jefe y el gobernante cubano se estableció gracias a la intermediación de dos líderes de la desmovilizada guerrilla colombiana del M-19, Álvaro Fayad e Iván Marino Ospina.

"Con el apoyo de las autoridades cubanas, los aviones procedentes de México (cargados con cocaína) no tienen problema. Allí, los militares cubanos, al mando del general (Arnaldo) Ochoa y el oficial Tony de la Guardia, bajo instrucciones directas de Raúl Castro, se hacían cargo de la mercancía", agrega.

En su relato, Popeye dice que los cubanos recibían 2.000 dólares por cada kilo de droga transportado hasta Estados Unidos y 200 dólares por kilo custodiado. "La tajada de la mafia en México, por el uso de su infraestructura, como puente a la Isla, oscila entre 1.500 y 2.000 dólares por kilo", explica.

"La cercanía entre México y la isla cubana da margen para transportar más cantidades de cocaína y gastar menos combustible. Pablo estaba feliz con esta ruta. Decía que era un placer hacer negocios con Raúl Castro, pues era un hombre serio y emprendedor", afirma el lugarteniente del capo.

Más adelante, Popeye dice que cuando narcotraficantes mexicanos le piden a Escobar no involucrar a los cubanos en el negocio —argumentando que estos cobraban mucho por su participación—, el capo colombiano "se impuso, pues de antaño simpatizaba con la causa de la revolución y quería apoyar a Fidel".

Velázquez dijo que esa lucrativa ruta cayó cuando un gran cargamento de droga fue decomisado por la DEA y varios cubanos confesaron, lo que desencadenó en el fusilamiento del general Ochoa y de once personas más, ordenados por Castro.

"Fidel Castro no se queda con los brazos cruzados y ordena una farsa de investigación (…) después de ese suceso, las comunicaciones entre Fidel Castro y Pablo Escobar tuvieron que silenciarse. No obstante, Pablo propuso a los militares cubanos canjear armas de fabricación rusa por droga, pero este negocio nunca se concretó", concluye Popeye, principal sicario al servicio del Cartel de Medellín.

Popeye, quien cumple una sentencia de 20 años de prisión, saltó a la escena pública recientemente, luego de que en declaraciones a la Fiscalía colombiana revelara que el ex ministro de Justicia, ex senador y dos veces candidato a la Presidencia, Alberto Santofimio, aconsejó a Escobar asesinar al también candidato presidencial Luis Carlos Galán, en agosto de 1989.

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