AFP/ París. "En Cuba la prensa libre ha pasado a la historia y los periodistas se han convertido en trabajadores ideológicos", denunciaron el viernes en París los directores del documental Partido único, diario único, en el que diversos informadores describen la represión bajo el régimen de Fidel Castro.

Periodistas de diversas generaciones mantienen durante los 30 minutos de duración del documental un diálogo sobre la historia de la prensa en la Isla, desde la dictadura de Fulgencio Batista y la llegada de Castro al poder (1959), hasta nuestros días.

"En los tiempos de Batista se publicaban todos los horrores del régimen. Hubo momentos en los que se imponía la censura pero cuando acababan las restricciones publicábamos lo que se nos había prohibido antes", recuerda la vieja guardia del periodismo cubano, en buena medida exiliada hoy en Miami.

Uno de ellos, Agustín Tamargo, recuerda desde su exilio el esplendor de la prensa de aquel momento y las esperanzas depositadas en Castro. Cuando "llegó al poder escribí un artículo en Prensa Libre titulado No nos falles Fidel. No le gustó", asegura. Según Tamargo, en un año, el régimen consiguió "eliminar" toda la prensa libre del país.

"Es la diferencia entre una dictadura autoritaria como la de Batista y la dictadura totalitaria de Castro", declaró a la AFP Jorge Masetti, codirector del documental.

Para los realizadores del filme, Cuba se ha convertido en la "mayor jaula para periodistas del mundo", donde los informadores han sido objeto de "presiones, agresividad, vigilancia intensa e inclusos trabajos forzados si sus artículos disgustan al régimen".

"Estamos resignados a vivir y contar la historia de nuestro país desde lejos", lamenta en el documental Rosa Berre, ex periodista del diario oficialista Granma, exiliada desde los años ochenta en Miami.

Para los protagonistas de este documento, producido por la asociación Sin Visa, con sede en París, y la organización Reporteros Sin Fronteras, la "prensa independiente es la única que defenderá al pueblo ante los abusos de poder en Cuba y en cualquier otra parte del mundo".

"Digo lo que está pasando, me limito a hacer un periodismo de hechos", aseguraba en una entrevista de 1996 el escritor y poeta Raúl Rivero, quien cumple una condena de 20 años de cárcel.

En marzo de 2003, unos 75 opositores cubanos fueron detenidos en la peor ola de arrestos de las últimas décadas contra la disidencia, un hecho que provocó una fuerte repulsa internacional.

En total, 26 periodistas y escritores cubanos fueron sentenciados a penas que oscilan entre 14 y 27 años, acusados de violar el artículo 91 del Código Penal cubano, que sanciona los "actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado".

Las esposas de tres de ellos enviaron una carta el viernes a la organización Sin Visa, con motivo de la presentación del documental, en la que denunciaron las "condiciones inhumanas, crueles y degradantes" que sufren sus allegados en prisión, y la campaña "propagandística de descrédito" llevada a cabo por el gobierno de La Habana.

Las firmantes se refieren concretamente a la reciente apertura de dos prisiones cubanas a la prensa extranjera, por primera vez en una década, ante el aumento de denuncias internacionales sobre las malas condiciones carcelarias.

Las tres mujeres aseguran que el gobierno cubano debería ser castigado por "violar las normas mínimas internacionales para reclusos y fundamentalmente por la injusticia cometida al condenar a decenas de años de cárcel a personas pacíficas por el sólo hecho de expresar sus ideas".

La carta está firmada por Gisela Delgado, esposa del disidente Héctor Palacios Ruiz, condenado a 25 años de cárcel, Miriam Leiva, esposa de Oscar Espinosa, economista condenado a 20 años, y Blanca Reyes, esposa de Raúl Rivero.

"Estuve muy influido en mi juventud por la revolución cubana pero ver en qué se ha convertido me parece trágico", concluyó François Pain, codirector del documental.