El auge de la fotografía artística, y también del video art, es un fenómeno acentuado a partir de la década del noventa dentro del panorama de las artes visuales cubanas. Ello coincide con un boom internacional de la fotografía como soporte expresivo, que aporta versatilidad y frescura a las obras de muchos creadores situados en los altos circuitos internacionales.

Sin título (Mario Díaz Leyva)

En Cuba, uno de los elementos que caracteriza el fenómeno es que buena parte de los autores que lo conforman se han desarrollado en el ámbito de lo visual fotográfico. Si en los ochenta la fotografía artística fue obra, en gran medida, de pintores como Arturo Cuenca, Marta María Pérez Bravo, o Gory, ahora la producción más importante es realizada por fotógrafos formados o provenientes de otros medios. No obstante, el hecho de que la fotografía sea una herramienta visual y de documentación extraordinaria, hace que muchos artistas plásticos la empleen sistemáticamente como fin en sí misma, o como herramienta para enriquecer su creación. Es el caso de las obras de Lidzie Alvisa, Carlos Garaicoa y Luis Gómez, entre otros.

Diez fotógrafos en París

El Espacio Reencontrado de la galería Fnac Etoile, de la capital francesa, acogió recientemente la exposición Cuba en París, con obras de diez fotógrafos cubanos. Tras hojear el catálogo de la muestra, destaca la presencia de dos grupos de autores, a partir de su procedencia generacional. El primero incluye aquellos fotógrafos nacidos en la década del cincuenta: Mario Díaz Leyva, Humberto Mayol, José Manuel Fors y René Peña. El otro lo integran Abigail González (1964), junto a otros fotógrafos de la década del setenta: Alina Isabel Pérez (presente en la Feria ARCO 2003), Glenda León, Tessio Barba y Jorge Luis Álvarez Pupo.

La exhibición recoge un rosario de preocupaciones resueltas de muy diversas maneras. En este sentido destaca, por ejemplo, una débil presencia de la fotografía en color, al punto de que la mayoría de los autores expusieron obras en blanco y negro, excepto Glenda León y Tessio Barba. Desde el punto de vista temático, llama la atención el componente étnico-racial —presente también en algunas de las obras de la última edición de ARCO—, que discurre tras el discurso propuesto por las imágenes de Mario Díaz Leyva, con su obra Sin título (2000), y René Peña, con una fotografía de la serie Man made materials (1999). El género del retrato con pretensiones poéticas y reactualizados los cánones de visualidad tradicionales, aparece en Álbum de familia, de José Manuel Fors, y en una foto de Abigail González, de la serie Tarjeta de visitas. Situados en una vertiente más conceptual, están los trabajos de Alina Isabel Pérez (Sans titre 4, 2002), Arles Iglesias (Aleff, 2002) y Tessio Barba (Sin título, 2002).