AFP/ Londres. Los viejos ritmos cubanos que dieron la vuelta al mundo gracias al éxito del ‡lbum Buena Vista Social Club se han convertido en el centro de una batalla legal, en la que dos sellos musicales se disputan su propiedad en un tribunal de Londres.

Una compañía estadounidense, Peer International Corporation, y la empresa Editora Musical de Cuba (EMC), se disputan los derechos de esta música, que volvió a resonar en 1997 al ser interpretada por veteranos como los cantantes Compay Segundo (ya fallecido), Ibrahim Ferrer, Omara Portuondo y Eliades Ochoa.

La Corte británica, que seguirá el jueves examinando esta batalla legal que empezó el martes, deberá decidir si los compositores de la música fueron recompensados adecuadamente, o si recibieron, a lo máximo, "algunos pesos y quizá un trago de ron".

Las declaraciones de Peer de que la EMC es dirigida y controlada por el Ministerio cubano del Interior, complica el caso.

En la corte londinense, donde los alegatos continuaron este miércoles, el representante de Peer, Pushpinder Saini, afirmó que el gobierno cubano se ha apropiado ilegalmente de los derechos sobre esa música, que corresponden a la firma estadounidense.

Peer afirma que sus derechos sobre esta música datan de los años 1930. Pero la Editora Musical de Cuba afirma que los compositores nunca recibieron un centavo por esas canciones.

El sello cubano afirma también que todos los contratos originales no son válidos porque fueron "ofertas inescrupulosas" que no están reconocidas por la ley.

Peer, que tiene los derechos de muchas de las canciones que figuran en el álbum Buena Vista Social Club, y en el filme del mismo nombre realizado por el alemán Win Wenders, asegura que pagó derechos a los compositores hasta 1959.

Después de eso, el embargo impuesto por Estados Unidos impidió hacer pagos a Cuba, aseguró en la corte el representante de Peer.

Afirmó también que compositores que vivían fuera de Cuba recibieron pagos por sus composiciones, y que se abrió un fondo para los que permanecieron en la Isla.

Algunos han sido pagados después de que el gobierno estadounidense flexibilizó el embargo en 1994, agregó Saini.

"En años recientes, los herederos de algunos de los autores ya fallecidos se han acercado a Peer para pedirle que siga administrando los derechos en el futuro", declaró el representante de la firma estadounidense.

Señaló que "buscan minimizar la evidencia de contactos (con Peer) porque tienen temores, justificados, de que el régimen cubano busca que los dólares a los que tienen derecho los herederos llegan a EMC, que forma parte del Estado cubano", señaló.

El representante de Peer rechazó que los acuerdos con los autores cubanos hayan sido "inescrupulosos".

"Todos los 14 compositores citados en la demanda legal —que están ahora muertos— eran pobres cuando firmaron con Peer", afirmó el representante de la firma estadounidense. "Pero todos eran bien educados", agregó, insistiendo que los autores "estaban conscientes del valor de su música".

Peer decidió por eso demandar a Termidor Music Publishers, que reclama los derechos exclusivos a través de EMC, y que buscó registrarse como la propietaria de las composiciones musicales en Gran Bretaña.

Por su parte, el representante de EMC, Peter Prescott, calificó de "inválidos" los reclamos de Peer de que es la propietaria de la música de más de 600 compositores cubanos.

Prescott agregó que, incluso tras la flexibilización del embargo, Peer obtuvo un permiso para distribuir pagos previos en 1988 por "no más de 300 dólares por persona, por un tiempo indefinido".

La audiencia en la corte debe continuar este jueves.