www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de marzo de 2005

 
   
 
Último trono para Rey
Una broma de mal gusto: El torpedero Ordoñez no concibe que luego de una carrera de brillo, ni siquiera lo llamen para formar parte del banco.
por JORGE EBRO, Miami
 

Rey Ordóñez tiene una idea bien clara sobre su futuro. Si no recibe una oferta sólida para regresar a las Grandes Ligas, optará por el retiro.

R. Ordoñez
Rey Ordóñez.

El tres veces ganador del Guante de Oro se ha preparado como nunca para ayudar a cualquier equipo de la Gran Carpa en la próxima temporada, pero le duele la aparente falta de interés por sus servicios.

"Si no firmo pronto, pues será el fin de mi carrera'', comentó Ordóñez. "Estoy preparado para lo que venga. Puedo coger mi guante y salir a jugar con las mismas ganas de siempre, pero también puedo guardarlo y retirarme".

El torpedero cubano no concibe que luego de una carrera de brillo, especialmente a la defensiva, ni siquiera lo llamen para formar parte del banco por una suma de dinero relativamente barata.

Por un tiempo, los Marlins de la Florida estuvieron preguntando por él, pero luego el equipo dejó de tocar a su puerta.

"No sé qué ha pasado, pero después de operarme la rodilla izquierda en el 2003 las cosas no han salido de la mejor manera posible'', afirmó Ordóñez. "Tal vez exista un poco de temor, pero yo puedo demostrarle a cualquiera que estoy saludable''.

De cierto modo, la suerte le ha jugado una broma de mal gusto al ex shorstop de Industriales, quien estaba disfrutando de su mejor campaña ofensiva en el 2003 con los Devil Rays de Tampa Bay, antes de lesionarse la rodilla.

El antillano perdió el resto de esa campaña y al año siguiente fue invitado al campo de entrenamiento de los Padres de San Diego, pero allí su historia tomó un rumbo peor.

"Los Padres me utilizaron'', expresó Ordóñez. "Me dijeron que yo era el principal candidato a ser titular, pero sólo querían motivar al novato (Khalil Greene) que tenían para que se alistara más rápido. Me sentí engañado y me fui".

Dos meses más tarde firmaría con los Cachorros, pero el tiempo perdido y el regreso del cubanoamericano Alex González marcarían el fin de su período en Chicago.

Ahora, Ordóñez se ve más cercano del retiro.

Tras conquistar a la afición de la Isla y, sobre todo de La Habana, por sus jugadas —a pesar de estar mucho tiempo a la sombra de Germán Mesa—, Ordónez llegó en 1993 a Estados Unidos y en 1996 irrumpió en las Ligas Mayores con los Mets de Nueva York.

Ordóñez y el jardinero de los Tigres de Detroit, Alex Sánchez, son los únicos jugadores cubanos de posición que se establecieron en las Grandes Ligas del contingente llegado de la Isla en las últimas décadas.

"No pierdo las esperanzas de continuar, pero el tiempo se está acabando'', manifestó Ordóñez. "Quiero estabilidad, garantía. Estoy consciente de que mi salario no sería millonario, pero no voy a ir de invitado a un campo de entrenamiento. De lo contrario, me retiro. Eso no me asusta".

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