www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de marzo de 2005

 
   
 
Decepcionado, pero a la espera
El pelotero cubano Ariel Prieto no ha recibido ninguna oferta para la temporada de primavera, aunque no descarta que lo puedan llamar una vez iniciada.
por JORGE EBRO, Miami
 

A Ariel Prieto le cuesta trabajo creerlo, pero cuando faltan pocos días para que abran sus puertas los campos de entrenamiento de primavera de las Grandes Ligas, su teléfono sigue sin sonar.

A. Prieto
Ariel Prieto.

El cubano acaba de cumplir una magnífica faena en la Liga del Pacífico en México y fue clave para que los Yaquis de Obregón pasaran a los play-offs de la pelota profesional y se mantuvieran en la pelea por el título hasta el final.

Prieto terminó con balance de 8-1 y 2,08 de efectividad, demostrando que a sus 35 años de edad todavía le queda suficiente combustible en el tanque del rendimiento. De ahí que le sea difícil entender el silencio.

"Fui con muchas ilusiones a México y allí me esforcé al máximo", expresó el antillano. "Creo que mis números hablan mejor que yo de mi labor, pero hasta ahora no tengo ninguna oferta en el horizonte".

Con seis temporadas de experiencia en las Ligas Mayores para los Atléticos de Aakland —fue elegido en la primera ronda del draft por este equipo en 1995— y los Devil Rays de Tampa Bay, Prieto considera que tal vez los evaluadores de talento pongan demasiado énfasis en su edad.

No es un secreto que Prieto ha padecido lesiones en el codo derecho y en septiembre de 1998 fue sometido a una operación del tipo "Tommy John" para repararle ligamentos lastimados.

Pero el cubano, con marca histórica de 15-24 y 4,85 de promedio de carreras limpias en la gran carpa, dejó bien en claro en tierra azteca que su recta —en su época era considerado el más rápido de la Isla al marcar más de 100 millas por hora— no ha cedido un palmo de velocidad.

"En México me llovieron los elogios, porque le lancé muy bien a bateadores consagrados en las Grandes Ligas", indicó Prieto. "Por eso estoy decepcionado. Creí que mi carrera tomaría un nuevo rumbo hacia adelante y ese no ha sido el caso".

De todos modos, Prieto se mantiene entrenando y pase lo que pase en los próximos días, asegura que volverá a lanzar donde le den la oportunidad, porque todavía sigue amando el béisbol como cuando lanzó por primera vez para el equipo de Isla de la Juventud, el mismo de Liván Hernández.

En diez series nacionales con el conjunto pinero, el derecho terminó con balance de 67-66 y 4,47 de efectividad, en 1.043 entradas y 105 desafíos. Prieto era un lanzador temido por su capacidad para ponchar y antes de abandonar la Isla había abanicado a 860 bateadores.

De la mano de Prieto, el equipo de Isla de la Juventud pasó de ser un eterno sotanero a una presencia habitual en los play-offs cubanos y su nombre era colocado entre los cinco mejores serpentineros locales.

Aunque no descarta que lo puedan llamar una vez comenzada la temporada, a Prieto no le desagradaría volver a trabajar para algún equipo de las ligas del béisbol caribeño y, en especial, el de México.

"No me hago muchas ilusiones, pero voy a seguir entrenando con mucho entusiasmo", recalcó Prieto. "No estimo que mi carrera haya acabado ni mucho menos. Ya habrá alguien que quizá observe lo que otros no quieren o no pueden".

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