www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de marzo de 2005

 
   
 
El capitán de los Marlins
Aunque en la segunda temporada de 2004 quedó por debajo de 300, el antesalista Mike Lowell espera para este año seis meses de buena productividad.
por JORGE EBRO, Miami
 

Hace apenas unos días, cuando terminó la práctica y entró al clubhouse, Mike Lowell se encontró con un enorme cartel donde podía leerse en inglés y en español: "Felicidades, capitán".

M. Lowell
Mike Lowell (19).

Fue la forma en que los Marlins de la Florida saludaron el cumpleaños 31 del estelar antesalista y reconocieron su cualidad de líder. Aunque Lowell se niegue a aceptarlo, es el centro gravitacional de los Peces.

"Lo del cumpleaños es cierto'', comentó el puertorriqueño, hijo de padres cubanos. "Pero lo otro es una broma. Aquí hay muchos capitanes".

Cierto, pero ninguno con el paquete de condiciones y talentos dentro y fuera del terreno que posee Lowell, considerado por muchos —más que un capitán— como la imagen perfecta de la organización y el hijo predilecto de la comunidad de Miami.

Los hombres y los nombres van y vienen, los altos mandos cambian, los tiempos son buenos o malos, pero Lowell se mantiene como el rostro más reconocible de los Marlins.

"Para mí es el capitán indiscutido", señaló el mánager del equipo, Jack McKeon. "Representa al profesional completo. Impone respeto no por números enormes, que sí los tiene, sino porque ofrece siempre el máximo esfuerzo. Nunca parece cansarse".

Pero en realidad sí se cansa. El año 2004 es un buen ejemplo de ello.

Gracias a una primera mitad de lujo, Lowell conquistó su tercer pasaporte consecutivo al Juego de las Estrellas, pero tras la pausa se detuvo su magnífico paso y eso le costó quedar por debajo de 300 y con menos de 100 impulsadas.

Si en mayo su promedio era de 373, en agosto bajaba a 221, pero para este año Lowell espera seis meses muy similares de buena productividad.

"Tengo muchas esperanzas de tener una buena temporada en lo individual", manifestó el tercera base. "Pero eso no es lo más importante. Si el equipo gana, qué más da que impulse más o menos 100 carreras. Aunque 100 carreras es algo que suena muy bien''.

Según el plan de McKeon, Lowell batearía por detrás del venezolano Miguel Cabrera y el puertorriqueño Carlos Delgado, dos buenos remolcadores de carreras que podrían limpiar las bases para cuando le toque el turno.

Sin embargo, a Lowell —que tuvo su mejor temporada defensiva el año pasado con sólo siete errores— no le asusta este escenario.

"Al contrario, es una situación muy parecida a cuando estaba Iván Rodríguez", afirmó Lowell, quien en el 2003 trajo para el plato 105 carreras. "Estoy seguro de que a Miguel y Carlos les van a dar muchos boletos y entonces aprovecharé para hacer daño".

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