Creyéndose poseídos por el demonio del comunismo, los cubanos abandonan Venezuela a toda prisa. Huyen de una revolución que quiere parecerse a la que dejaron atrás. Los embarga el mismo sentimiento que a la rusa de Baracoa —el personaje de Alejo Carpentier—, que oculta en lo que creía el fin del mundo, una mañana fue despertada por los gritos de "¡Viva la Revolución!".

Despedirse de Venezuela no ha sido fácil para los cubanos asentados acá. Desde siempre ésta ha sido una tierra generosa con los inmigrantes que desde cualquier esquina del planeta han llegado buscando mejor vida. Los cubanos no han sido la excepción. Incluso antes de 1959, muchos encontraron refugio en este país. Es el caso de Carpentier, con una larga estancia de 14 años, hasta el triunfo de la revolución. Luego de la publicación de Los pasos perdidos (1953), los viajes por el Orinoco venezolano no pueden ser vistos como simples paseos por el río. La connotación mágica que le concedió el escritor aún perdura.

Partidaria de Hugo Chávez.

Durante más de medio siglo, músicos y comerciantes cubanos saturaron el aire venezolano con los sonidos del son y los dulces olores de la caña. Tan es así que los naturales de este país han desarrollado un oído muy fino para detectar el acento cubano, por más encubierto que esté. Inevitables surgen las preguntas sobre Fidel y la Revolución, que cada quien responde según su credo personal. Luego de la llegada al poder de Hugo Chávez en 1998, la curiosidad mezclada con el temor ha aumentado. ¿Es cierto que la revolución bolivariana se parece a la cubana?, preguntan con insistencia.

Algunos parecidos son bastante evidentes. Aunque la época, el entorno internacional y las circunstancias específicas de Venezuela hacen muy difícil que sobreviva acá una revolución al estilo cubano. A pesar de ello, varios son los intentos de copiar el modelo diseñado en 1959. Cuando el 11 de junio de 2001 el presidente Chávez, en su programa ¡Aló, Presidente!, dijo "en cada esquina se deben organizar Círculos Bolivarianos", los cubanos asentados acá se preocuparon, porque habían escuchado una frase parecida muchos años atrás. Nadie que haya portado un carné de identidad cubano puede olvidar la famosa canción de la Nueva Trova cuyo estribillo era: "En cada cuadra un comité/ en cada barrio Revolución/ cuadra por cuadra, barrio por barrio/ país en lucha, Revolución".

Desde entonces, muchos creyeron estar viendo la misma película dos veces. Los venezolanos no dejaban de preguntar si los Círculos Bolivarianos tendrían alguna semejanza con los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).