El presidente venezolano Hugo Chávez salió preocupado y con muchas suspicacias de la XVII Cumbre del Grupo de Río, que se realizó el pasado 24 de mayo en Cuzco, Perú.
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Venezuela: Opositoras en marcha contra Chávez. |
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El Grupo de Río es un foro de consulta regional que integra a todos los países de América Latina, excepto Cuba (una muestra más del aislacionismo en que se encuentra el régimen de Fidel Castro).
Una de las razones para las preocupaciones de Chávez —que posiblemente se extiendan al Gobierno de La Habana— se refiere a la situación en Colombia, ya que los participantes en el foro decidieron presionar a los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para que cesen las hostilidades.
Son de sobra conocidos los vínculos que las FARC mantienen con el Gobierno de Chávez, ya que se han encontrado santuarios en territorio venezolano. Con el Gobierno cubano se trata de lazos históricos.
Nunca han surgido desde La Habana declaraciones de condena a los actos terroristas cometidos por las FARC, ni contra los continuos secuestros y asesinatos.
En un comunicado oficial, el Grupo de Río señaló que decidió "instar" al secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, "a que utilice sus buenos oficios para impulsar decididamente un proceso de paz en Colombia".
El Grupo pidió a Annan que exhorte "a los movimientos guerrilleros a firmar un acuerdo de cese de hostilidades y a entrar en un diálogo abierto y transparente" con las autoridades colombianas, "a través de un cronograma de plazos discutido por las partes", con el fin de alcanzar "una solución pacífica y definitiva" a la situación.
En este punto, el texto recuerda que el conflicto en Colombia "cada vez afecta más a los países vecinos de la región". |