Después de haber colocado todo género de trampas y zancadillas para evitar la convocatoria de un referéndum revocatorio de su mandato, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se vio obligado a aceptar la derrota, pero para colocarse en la pose de "gran defensor de la democracia".

Manifestaciones en Venezuela a favor del revocatorio.

En cadena de radio y televisión, reconoció el triunfo de la oposición para la convocatoria del referéndum y dijo que es "prácticamente imposible" que la tendencia se revierta. "Creo que vamos a referéndum revocatorio y eso no debe llenarnos si no de un sentimiento de victoria nacional. Vamos a probar la figura, una de las figuras fundamentales de la democracia participativa, de la democracia protagónica".

Casi al mismo tiempo en que Chávez prodigaba estos elogios a la democracia, grupos de sus violentos seguidores atacaban a tiros la sede de la alcaldía de Caracas, incendiaban vehículos frente al diario El Nacional, saqueaban la sede de la publicación Así es la Noticia y arremetían contra un canal privado de televisión. El saldo fue de dos muertos, siete heridos y diez vehículos incendiados. Una muestra del caos que pueden provocar los chavistas, en cualquier momento, con tal de justificar alguna medida de estado de emergencia, que impida el curso legal y pacífico para la consulta en las urnas.

Mientras tanto, el diario Granma publicaba la información acerca de la situación en Venezuela, en estos términos: "El referéndum revocatorio para aplicar a los funcionarios del Estado venezolano como una forma de auspiciar la democracia participativa, es una creación del proceso bolivariano incluida en la Constitución de 1999".

¿Cómo es posible elogiar un referéndum revocatorio en Venezuela, cuando en Cuba fueron cerradas todas las puertas para esa democracia participativa?

Los más de 20.000 ciudadanos cubanos firmantes del Proyecto Varela, esperan todavía la respuesta del gobierno. El mismo diario que ahora saluda el respeto por la Constitución bolivariana, nada dijo acerca de una iniciativa que estaba claramente reconocida en la Constitución castrista.

Una carrera contra el tiempo

En realidad, el pueblo venezolano escribió una gran lección de civismo al acudir por segunda ocasión a ratificar sus firmas y evitar que le fuera escamoteado el derecho a revocar a un presidente que, cada vez con mayor nitidez, se perfila como un nuevo dictador, al frente de una sociedad militarizada. Es el primer paso, pero no faltan trampas en el camino.

Ya la oposición venezolana comenzó a batallar para que el referéndum contra Hugo Chávez se realice el 8 de agosto, condición para que se celebren elecciones presidenciales en 30 días, si el mandatario pierde la consulta.

Un director del Consejo Nacional Electoral (CNE) y líderes de la oposición manifestaron su alarma ante la posibilidad de que el plebiscito se realice después de esa fecha, lo que permitiría que el vicepresidente, José Vicente Rangel, se quede en el poder hasta terminar el mandato en 2007, en el caso de una derrota del oficialismo.

''Estamos en una carrera contra el tiempo. El objetivo de ellos (el gobierno) ahora es tratar de colocar el referendo revocatorio después del 19 de agosto…'', dijo Jesús Torrealba, dirigente opositor.

Ezequiel Zamora, vicepresidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), con 27 años de trabajo en ese organismo, advirtió que si el referéndum es aplazado para el 15 de agosto, bastaría que se demorase el anuncio de los resultados después del día 19, para que toda la batalla haya sido en vano. El vicepresidente Rangel asumiría como jefe de Estado, lo cual representa la continuación del chavismo, pero sin el rango militar.