www.cubaencuentro.com Jueves, 20 de marzo de 2003

 
  Parte 1/3
 
La soledad del imperio
Sin territorio que adquirir ni ideología que imponer, Washington se va a la guerra convencido de abanderar una nación amenazada y diferente.
por RAFAEL ROJAS, México D. F.
 

En 1995, Jacques Barzun terminaba, en Nueva York, su gran libro From Dawn to Decadence (2001) con una profecía del siglo XXI, escrita como un epílogo desde el futuro de la historia universal: "En cuanto a la paz y la guerra, aquella era lo que distinguía a Occidente del resto del mundo.
Soldados
Tropas estadounidenses camino a Bagdad.
Las numerosas regiones de Europa Occidental y Norteamérica constituyeron una laxa confederación que obedecía las normas que, de común acuerdo, dictaban Bruselas y Washington; eran prósperas, respetuosas con las leyes, tenían una abrumadora capacidad armamentística ofensiva y habían decidido dejar que, fuera de sus fronteras, los pueblos y las facciones se eliminaran entre sí hasta que el agotamiento introdujera ideas pacíficas en sus planes".

Acaso sin proponérselo, el profesor de Columbia formulaba el principio de una diplomacia occidental autista, en la que Estados Unidos y Europa, a cambio de preservar la paz dentro de sus fronteras, se desentenderían de las guerras que asolaban a regiones altamente conflictivas como el Medio Oriente, África o los Balcanes. A pesar de que varias intervenciones norteamericanas de la postguerra fría, como las de Kuwait, Panamá, Somalia, Haití y Bosnia, ya creaban, desde inicios de los 90, el precedente de una política occidental activa en zonas inestables, caracterizada por sólidos acuerdos entre Estados Unidos y Europa y un mayor protagonismo del Consejo de Seguridad de la ONU, era posible vislumbrar ese retraimiento de Occidente, tras la desaparición de un enemigo mundialmente articulado como el comunismo soviético.

Los atentados contra el World Trade Center de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, parecieron confirmar, sin embargo, una profecía diferente: la del profesor de Harvard, Samuel P. Huntington, en su controvertido libro The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order (1996). Las guerras del siglo XXI, según Huntington, ya no serían confrontaciones religiosas como en los siglos XVI y XVII, ni ideológicas como en las dos últimas centurias. Bosnia y Chechenia, Irak y Libia, Kosovo e Israel, el País Vasco y Palestina demostraban que ahora los Estados peleaban por el territorio de una identidad cultural definida desde elementos étnicos, religiosos, nacionales y políticos, más propios de una civilización que de una ideología. En casos extremos, esos Estados eran capaces de actuar, al decir del escritor libanés Amin Maalouf, como "identidades asesinas".

Tal vez Huntington se equivocó al resucitar el término de "civilización", tan desautorizado desde la crítica de Fernand Braudel a la historiografía morfológica, o al atribuirle, desde cierta paranoia occidental, una "alta peligrosidad" al Islam. En sus viajes por cuatro países musulmanes no árabes (Indonesia, Irán, Paquistán y Malasia), recogidos en el libro Al límite de la fe (1998), V. S. Naipaul encontró que, incluso en los fundamentalismos de culturas conversas, el odio a Occidente no provenía de las fuentes doctrinales y éticas de la religión islámica, sino de los usos políticos que algunos Estados hostiles hacían de ese legado. Huntington, sin embargo, acertó en su vislumbre de una reconfiguración del orden mundial que, lejos de acomodarse al triunfo de la democracia liberal sobre los totalitarismos del siglo XX, debería enfrentar el ascenso de culturas políticas antioccidentales y, sobre todo, antiamericanas.

1. Inicio
2. Algunas pruebas...
3. La religiosidad...
   
 
EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
La urgencia innecesaria
JOAQUíN ORDOQUI GARCíA, Madrid
Estados y fronteras
JUAN F. BENEMELIS, Miami
Una tarde con Saddam
ALCIBíADES HIDALGO
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Conflicto Irak
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir