Los grupos paramilitares de Colombia están al borde de una guerra interna por la decisión de algunas facciones de mantener conversaciones de paz con el gobierno de Álvaro Uribe y la negativa de otras a participar en el diálogo, informó la AP.

Las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y el Bloque Central Bolívar (BCB), los principales grupos paramilitares que suman unos 12.000 miembros, amenazaron con aniquilar al Bloque Metro si no se integraba a los acercamientos.

Los comandantes Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, de las AUC, y Ernesto Báez, del BCB, le dijeron al jefe del Bloque Metro, identificado como Rodrigo, que si no se unía a los acercamientos de paz, tendría que iniciar el repliegue de sus tropas en la ciudad de Medellín y zonas del noroeste del país.

De no acatar esa decisión, 1.200 hombres de las AUC y del BCB reunidos en el municipio de Caucasia, a 400 kilómetros al noroeste de Bogotá, iniciarán una ofensiva en contra del Bloque Metro, que cuenta con unos 1.500 miembros repartidos por todo el departamento de Antioquia.

Los principales argumentos del Bloque Metro para mantenerse al margen de las pláticas con el gobierno son que el desafío de la guerrilla todavía continúa y que los otros grupos paramilitares no se han comprometido a abandonar de forma definitiva el narcotráfico.

"No tiene sentido entrar en este momento en negociaciones con el gobierno cuando la guerrilla está fortalecida", explicó el jefe del Bloque Metro.

Para el analista político Alfredo Rangel, "sin duda, lo que Castaño está buscando es reafirmar su liderazgo y mostrar su control territorial, que son requisitos para un reconocimiento del status político de la organización con miras a un proceso formal de paz".

La semana pasada, las AUC solicitaron a un enviado de Naciones Unidas reconocimiento político como requisito para apoyar las conversaciones.

En enero, una comisión exploratoria designada por Uribe inició contactos con las AUC, el BCB y un tercer grupo paramilitar identificado como la Alianza de Oriente.

Sin embargo, algunas facciones como el Bloque Metro y el Bloque Elmer Cárdenas —que cuenta con 2.000 miembros— no se sumaron a las gestiones en las que la Iglesia Católica actúa como facilitador.