Brasil y Estados Unidos, hasta hace poco enzarzados en una "batalla" verbal sobre los detalles del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), parecen haber logrado en Miami una alianza en la que buscan incorporar al resto de los países que aspiran a integrar el acuerdo, informó Reuters.

"Estamos conversando civilizadamente y es evidente que cambiamos el clima entre los socios", dijo Adhemar Bahadian, que encabeza la parte brasileña en las conversaciones para, en el 2005, crear la mayor zona de comercio libre del mundo, desde Alaska a la Tierra del Fuego.

Brasil y Estados Unidos son copresidentes de las negociaciones. Hasta hace sólo tres semanas, las dos grandes potencias se acusaban de obstaculizar el pacto.

Los desacuerdos, las discusiones y las amenazas alcanzaron su clímax en octubre, cuando Estados Unidos dijo que el ALCA se haría con o sin Brasil.

El acercamiento de posiciones comenzó a consolidarse en una reunión realizada el 7 y 8 de noviembre en Washington, con la presencia de representantes de 14 de los 22 países que pretenden formar parte del pacto.

Los principales problemas para avanzar en el acuerdo han sido la negativa de Estados Unidos a discutir los subsidios de su sector agrícola; y la exigencia americana —liderada por Brasil— de la eliminación de esos subsidios como precondición para llevar las conversaciones a otros campos de interés estadounidense.

Estas mismas discrepancias hicieron fracasar la última Cumbre Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), realizada en el balneario mexicano de Cancún, y una preparatoria del ALCA, celebrada en Trinidad y Tobago.

La súbita alianza de Miami entre Brasil y Estados Unidos por un ALCA flexible que permita que cada país asuma compromisos por su cuenta en asuntos espinosos como compras gubernamentales, inversiones y propiedad intelectual, ha generado recelo en países como Colombia, Canadá, Chile, Perú y México.

Varios diplomáticos brasileños y funcionarios estadounidenses mantuvieron reuniones hasta altas horas de la noche del lunes con representantes mexicanos, chilenos y canadienses para intentar obtener apoyo a su propuesta de un ALCA flexible.

"El trabajo de convencimiento sigue, es un proceso al que se sumarán los ministros", dijo en la mañana del martes un diplomático de Brasil.

Chile, Canadá y México, respaldados por países centroamericanos, que ya negociaron o negocian con Estados Unidos asuntos como compras gubernamentales o propiedad intelectual, objetaron la propuesta de un ALCA de varias velocidades.

Sostienen que esa flexibilidad debe tener dos condiciones: ser limitada en el tiempo o favorecer solamente a economías pequeñas, lo que excluiría a Brasil, la mayor de las economías de América Latina.

Los países que negocian en Miami la creación del pacto comercial —todos los del continente americano excepto Cuba— asistieron a un giro impensado en las posturas de Estados Unidos y Brasil.

El lunes, cuando al comenzar las reuniones los dos países oficializaron su propuesta de un ALCA flexible, frente al espíritu original del acuerdo, que concebía un pacto en el que todos los países, sin excepción, estuvieran regidos por las mismas normas comerciales.

"Desde Cancún para acá hubo una animosidad muy grande. Todo ese clima se disipó", dijo Bahadian, aludiendo a la responsabilidad que se le adjudicó a Brasil por el fracaso de la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en septiembre en esa ciudad del caribe mexicano.

"La alianza entre Brasil y Estados Unidos sirve para evitar que en Miami ocurra lo que ocurrió en Cancún, nadie quiere que Miami fracase", explicó Barry Featherman, presidente del Inter-American Economic Council, organismo no gubernamental con sede en Washington dedicado a promover el desarrollo económico en los países latinoamericanos.

Durante esta semana, los negociadores de los países americanos discutirán en Miami la propuesta estadounidense-brasileña, que debe orientar la fase final de las negociaciones para el ALCA.

Las deliberaciones, que concluirán el viernes con una declaración de los ministros de Comercio de los 34 países, se realizan bajo una fuerte custodia policial ante anunciadas protestas de organizaciones opuestas a la globalización y al libre comercio.