Las autoridades estadounidenses han negado la visa al menos a 10 de los 12 cubanos que en julio pasado intentaron alcanzar las costas de la Florida a bordo de un camión Chevrolet de 1951 convertido en embarcación.
"Las cartas con la negativa comenzaron a llegar la semana pasada", dijo a la AP el lunes Isadora Hernández, la esposa del dueño del vehículo, hundido en el mar por la Guardia Costera estadounidense.
"Desafortunadamente, usted no reúne los requisitos necesarios para ser procesado de acuerdo a las normas vigentes", dice el documento expedido por el Programa de Refugiados de la Sección de Intereses de Washington en La Habana.
Salvo el esposo de Hernández, Luis Grass, y otro hombre, Ariel Diego, todos los involucrados en aquel intento de emigración han recibido ya respuesta negativa.
Los nueve hombres y dos mujeres que estaban en el grupo presentaron los formularios el 30 de julio, como les indicó la Guardia Costera estadounidense cuando fueron interceptados en el mar. Además de los 11 adultos, en el grupo viajaba un niño, cuyos padres, al parecer, no presentaron la solicitud de visado.
La misiva que les envió ahora la Oficina de Intereses explica que los miembros del grupo, al que la prensa internacional bautizó como "los camionautas", no son perseguidos políticos o religiosos y se les sugiere presentar papeles para las loterías de visas o ser reclamados por parientes estadounidenses.
"Estamos muy decepcionados", manifestó Eduardo Pérez. "Ellos evaluaron que no teníamos historial en organizaciones de derechos humanos, pero no pensaron que tuvimos el valor de pararnos delante de la prensa y del mundo y contar lo que pasa aquí", comentó.
"¿Qué nos queda a nosotros ahora?, fuimos por la forma ilegal y nos devolvieron y ahora por la forma legal tampoco", lamentó Antonio Lau.
"Nos hemos expuesto y no obtuvimos nada", reflexionó el hombre, quien destacó que ahora no podrán tener buenos trabajos o ser cuentapropistas pues "todos los ojos" de la policía están sobre ellos.
Las imágenes del Chevrolet de 1951 convertido en embarcación dieron la vuelta al mundo. La originalidad del artefacto creado impresionó incluso a la propia Guardia Costera estadounidense, acostumbrada a encontrar cubanos en el mar en los más extraños medios de transporte.
A pesar del impacto, los ocupantes del "camión-balsa" no se salvaron de la aplicación de los acuerdos migratorios vigentes entre La Habana y Washington, por los cuales los cubanos interceptados en el mar son devueltos a la Isla.
Consultados sobre si su caso servirá de escarmiento para otros que intenten emigrar ilegalmente, los "camionautas" aseguraron que no: "el cubano es persistente", afirmaron. |