México y La Habana coinciden en la necesidad de "normalizar" sus relaciones diplomáticas, pero no en los pasos que deben seguir para lograrlo, informó la AFP. Con el fin de encontrar un "punto medio" el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, tiene previsto viajar a la Isla en pocas semanas.

Derbez y su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque, desayunaron el miércoles pasado en Guadalajara, al margen de la III Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea, para hablar de la peor crisis en la historia de las relaciones diplomáticas entre los dos países.

Horas después del encuentro, expresaron, aunque con sustanciales diferencias, su intención de "normalizar" las relaciones diplomáticas.

Derbez fue muy escueto en sus declaraciones sobre la reunión, a la que calificó de  "positiva". El canciller mexicano expresó una simple confianza en que se solucione la crisis.

Sin embargo, Pérez Roque anunció el próximo regreso de los embajadores de ambos países a sus puestos.

Este anuncio aparentemente tomó por sorpresa al gobierno de Vicente Fox, informó una fuente de la cancillería mexicana citada por AFP. Para México "es más importante reestablecer las relaciones diplomáticas vía el diálogo diplomático, antes de restituir a los embajadores", dijo.

Las autoridades mexicanas esperan que La Habana responda la nota diplomática enviada después de la deportación de Carlos Ahumada, un empresario mexicano involucrado en un sonado caso de corrupción, y que el gobierno de la Isla "dé una explicación sobre el discurso de Fidel Castro (del 1 de mayo) así como de las actividades de funcionarios cubanos en México", añadió la fuente.

Al deportar a Ahumada a finales de abril, según la cancillería mexicana, La Habana no respetó los canales diplomáticos, pues no avisó con suficiente anterioridad. Además, emitió una declaración en la que expresaba juicios de valor sobre el escándalo de corrupción que golpeó duramente a la izquierda mexicana.

Después, en su discurso del 1 de mayo, Castro criticó el voto de México en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, a favor de una resolución sobre la situación en la Isla. El gobernante cubano afirmó entonces que el Río Bravo había dejado de ser la frontera norte de México con Estados Unidos.

A esos incidentes se sumaron supuestas "actividades injerencistas" de funcionarios cubanos en territorio mexicano.

Las tensiones llegaron a su peor momento el 2 de mayo, cuando México anunció la retirada de su embajadora en La Habana, expulsó al embajador cubano y declaró persona no grata al consejero político de la legación de la Isla.

Pérez Roque y Derbez presentaron su intención de normalizar las relaciones en conferencias individuales, a pesar de que el canciller mexicano le propuso al ministro cubano realizar una aparición conjunta. "Se decidió que era mejor enfrentar a la prensa por separado", dijo la fuente.

"Confiamos en que en su viaje (de Derbez) a La Habana inicie formalmente el proceso de normalización de la relación y se encuentre un punto medio que acerque las visiones de las dos partes sobre los pasos que se deben seguir", agregó.

El mes y medio que podría transcurrir antes de la visita "es tiempo suficiente para que Cuba pudiera dar algunas de las explicaciones" que se le solicita, añadió.